Un nuevo cierre en la frontera entre Marruecos y Mauritania ha atrapado a seis camiones de la flota gallega de 11 buques de fresco que opera en el caladero mauritano. "La situación ha ido a peor y necesitamos una solución", indicaron ayer los armadores y gerentes de las asociaciones afectadas por estos cierres aleatorios.

De la Asociación de Armadores de Marín hay dos camiones llevaban cajas y suministros a dos buques que descargaron en Nouadhibou. "Otro camión salió ayer de ese puerto lleno de pescado y a esta hora la frontera está cerrada", señaló el gerente de la asociación, Juan Martín Fragueiro. La armadora María de Pazo, con tres buques, explicó que hay otros cuatro camiones que están atrapados. "Solicitamos una entrevista con la secretaria general de Pesca, no podemos más", indicó.

Ayer, el sector afectado se reunió en el puerto de Marín para reclamar una vez más que la Administración mueva ficha en la Unión Europea. A su juicio la mejor solución sigue siendo que se use el puerto marroquí de Dakhla hasta que se solucionen unos cortes en la única carretera que une a los dos países y que crea colas kilométricas de camiones.

Además de Fragueiro y María de Pazo, a la cita acudió el presidente de la Organización de Productores de Pesca del Palangre de Ribeira (Orpal), José Antonio González, el patrón José Ángel Piñeiro y otros armadores, como María del Carmen y Eladio Rosales.