A pesar de la presión que ejerce contra el furtivismo Gardacostas de Galicia y de los continuos llamamientos a la colaboración ciudadana, instando al consumidor a declinar producto en veda, especies como la nécora están siendo severamente castigadas por los pescadores ilegales. A más de un mes para que comience la campaña, la nécora ya se encuentra a la venta en diferentes puertos y en lo que va de año ya se han decomisado 353 kilos. Pero esto es lo que Gardacostas consigue interceptar; hay una cantidad mucho mayor de producto ilegal que sí llega al consumidor, con lo que esto supone de esquilmación del recurso.

La responsabilidad de esta práctica fraudulenta recae, sobre todo, en el conocido como "furtivismo legal" o "profesional", que es aquel que practican miembros del propio sector del mar que, haciendo uso de sus permisos de trabajo y/o explotación se dedican a capturar ejemplares de talla inferior a la permitida o, como es el caso de la nécora, que están en veda.

Se trata de los mismos furtivos "legales" que habitualmente superan los topes establecidos y, así, se aprovechan de su condición para colocar en el mercado capturas ilegales.

En palabras del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, se trata de "un furtivismo silencioso", que "poco a poco, y dada la continuidad de su práctica, alcanza unos niveles altos de fraude".