El buque oceanográfico del Ministerio de Agricultura y Pesca, Emma Bardán, inició ayer la campaña de investigación Selectividad 2019 cuyo principal objetivo es la valoración de dispositivos selectivos añadidos a la red de arrastre para evaluar su eficacia a la hora de conseguir reducciones en la ratio de descartes. Estas pruebas conforman una serie de medidas dedicadas a la optimización de la flota que opera en el área francesa en base a los objetivos establecidos en la Política Pesquera Común en lo referente a la política de descartes. El análisis de los sistemas pesqueros no será la única labor de los investigadores, ya que también estudiarán la supervivencia de las especies demersales.

Pesca apunta en un comunicado que la adquisición de datos se basará en la toma de medidas de la capturas de los diferentes compartimentos del arte de pesca, copo, sobrecopo y red cubre „que recoge el escape a través del panel de malla cuadrara„. La merluza, la bacaladilla, el jurel y la caballa son las especies seleccionadas para la toma de medidas. Como complemento, también se colocarán cámaras submarinas en diferentes lugares de la parte final de la red para recabar más información relacionada con "la composición de especies de cada compartimento", indica el ministerio en el documento.

Estudio de la anchoa

El lunes el Emma Bardán finalizó la campaña de investigación Bioman 2019 que había iniciado el pasado 9 de mayo con el buque Ramón Margalef (del Instituto Español de Oceanografía) para estimar la biomasa de la anchoa. Para realizar esta labor los investigadores se centraron en la producción diaria de huevos, el área de puesta y las condiciones hidrográficas para evaluar la condición de la pesquería.

Las actividades que se desarrollaron durante el estudio fueron las pescas para detectar los huevos de la anchoa y realizar estudios de crecimiento y reproducción de la especie, y la elaboración de un registro con "métodos de acústica" para estimar la abundancia de la anchoa.

A lo largo de la campaña también se fueron recopilando datos de caballa, muestras de merluza y aspectos del medio marino en el golfo de Vizcaya, a la vez que se valoraba la biodiversidad de cetáceos, aves y basuras flotantes en superficie e ingeridas por especies. Todo en una zona de actuación que va del Cantábrico central hasta el río Garona.