La bajura gallega sigue sin saber qué va a pasar con la cuota de caballa para este año. Los científicos corrigieron su dictamen en el que apostaban por reducir el cupo „como así se hizo, un 20%„ y señalan ahora un tope más del doble que el aconsejado en octubre. "No sabemos si va a subir o no", reconocen desde el cerco. La noticia ahonda en una herida que la pesca gallega arrastra desde comienzos de la década. Fue entonces cuando la Comisión Europea anunció que España había cometido sobrepesca de esta especie en 2009 y 2010, lo que acarrearía multas en forma de disminución de cuota para los siguientes años. La situación trajo consigo un aumento en las compras de caballa en el extranjero. Desde que la sanción (ahora de 5.544 toneladas por año) se aplica desde 2013 las compras en el extranjero repuntaron un 80%. Solo el pasado curso se compraron 7.163 toneladas por 6,5 millones de euros. Pese a que el sector pesquero gallego „especialmente el cerco„ manifestó que no había sido culpable de la sobrepesca „apuntaban a barcos de las comunidades del Cantábrico- la sanción se aplicó de forma homogénea. En un primer momento la flota cargó con la sanción por sobrepesca de 2010 hasta que se confirmó la de 2009, que ascendió a 65.429 toneladas. Las sanciones se pagan de forma anual con deducciones a la cuota acordada por los ministros europeos de Pesca en su reunión de diciembre. Y así será hasta 2023.

Con cada año de sanción, las compras en el extranjero de la especie necesarias para cubrir la demanda aumentaron, con especial relevancia de exportadores como Portugal. Así, aquel primer año Galicia se gastó 3 millones de euros en importar caballa (4.003 toneladas). Las cifras crecieron cada año hasta que en 2018 ya fue más del doble en valor (esos 6,5 millones de euros) y un 79% en cantidad, 7.163 toneladas. En total roza las 35.000 toneladas desde 2013.

Los datos registrados en el portal DataComex „de la Secretaría de Estado de Comercio„ sitúan al país vecino como el principal exportador a Galicia. El año pasado el 52% (3.753 toneladas) llegó desde Portugal, país que cuenta con una importante flota de cerco y de arrastre de litoral. El segundo en la lista fue Perú, con el 37% (2.673 toneladas), seguido ya de lejos por Estados Unidos (158), Francia (157) o Chile (132).

Respecto a lo que va de 2019, las compras hasta abril ascienden a 1.479 toneladas por 2,1 millones de euros. Y mientras el producto foráneo aumenta su presencia en la comunidad gallega, la bajura continúa a la espera de saber qué va a pasar con su cuota. La revisión de los científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, en sus siglas en inglés) prevé elevar al menos un 17% el cupo, pero es algo que deben acordar entre la Unión Europea, Noruega e Islas Feroe. "Pero nosotros no sabemos nada; el hermetismo de siempre", critica Andrés García, portavoz de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga). Además, tanto el cerco como las cofradías recuerdan que la especie "ya ha pasado" por las costas gallegas y de aumentar la cuota no la podrían aprovechar. Por este motivo, la comunidad gallega planteó poder pagar con ese esperable aumento del cupo parte de la sanción que resta por pagar. La respuesta todavía no ha llegado.