José Manuel Pérez lleva ya nueve meses al frente de la cofradía de Cabo de Cruz. El reto que quiere cumplir una vez finalicen sus cuatro años en el cargo es que la entidad se conozca más "por la calidad de su marisco que por los problemas con los furtivos". Y es que el furtivismo es una lacra que afecta al pósito desde hace tiempo, aunque ahora en verano lo que más preocupa a la entidad es el furtivismo de bañador.

¿Qué fue lo que le llevó a presentarse al cargo?

El marisque en la cofradía es un medio de vida muy respetable. Se estaban haciendo bien las cosas. La anterior patrona no iba a seguir, por eso me presenté, para continuar en la línea que se llevaba para que la cofradía siguiera dando sus frutos.

¿Cómo fueron estos nueve meses al frente de la cofradía?

Fueron más difíciles de lo que esperaba, bastante más. De momento sigo aprendiendo. Cuando una persona lleva ya los cuatro años en el cargo es cuando realmente está preparada. Ahora mismo en muchas cosas aún estás algo perdido.

¿Cuáles son las principales dificultades de la entidad?

El furtivismo. Ahora llevamos una época muy buena, trabajando bien en ese tema. Pero los furtivos nos atacan mucho. Tú los controlas de una manera, pero ellos siempre van o intentan ir un paso por delante de ti, y eso es muy difícil de vigilar. Ellos ya te controlan los vehículos cuando salen los guardapescas a trabajar. Tenemos que intentar ser más inteligentes que ellos. De momento creo que lo estamos consiguiendo porque tenemos un grupo de profesionales muy bueno.

¿Los vigilantes son todos de la cofradía?

La vigilancia que tenemos está formada por personal nuestro, aunque a veces solicitan ayuda a Gardacostas o a la Policía Autonómica, aunque el trabajo de vigilancia lo hacemos solo con nuestro personal. Este verano empezamos un proyecto de vigilancia a pie de playa para los furtivos de bañador. Las mariscadoras de a pie de la cofradía pusieron una cuota mensual para costear la vigilancia de las playas ante los furtivos de bañador. Hay tres guardapescas profesionales y otras tres personas identificadas con chalecos de vigilancia de la cofradía. Las mariscadoras hicieron un gran esfuerzo económico porque tenían que acabar su jornada laboral y después echar varias horas más en la playa.

¿La gente no valora que lo que hay en las playas es algo por lo que pagan y cuidan día a día?

Están jugando con el pan de la gente que paga la seguridad social, cuida las playas y el recurso. No valoran el trabajo que hay detrás. Ellos vienen, lo ven y lo quieren llevar.

¿Cuales serían los principales retos a cumplir?

Mi reto personal es conseguir que, cuando salga de aquí dentro de cuatro años, la cofradía de Cabo de Cruz se conozca más por la calidad de su marisco que por los problemas con los furtivos. Aquí siempre hubo muchos problemas con los mariscadores ilegales, siempre había follones y a consecuencia de esto se conoce más a la cofradía por estos problemas que por su producto cuando aquí tenemos un marisco de calidad.

¿Cómo se gestiona el marisqueo y se cuidan los bancos?

Rotamos siempre de bancos. Dos días trabajamos en uno, otros dos en otro y cuando pasan 10 días vuelves al del principio. Tenemos cerca de 14 kilómetros de playas, es una extensión muy grande, por eso también es muy difícil vigilarla. Limpiamos cuando vienen las algas, no puedes hacerlo antes sino no sirve de mucho. Y cuando estamos parados aprovechamos y echamos la semilla. El sector de a pie realiza un paro biológico en sus playas, aunque a lo largo de un mes suelen trabajar entre 12 y 14 días. Mientras el sector de a flote suele trabajar siete meses más o menos, cuatro en verano, mes y medio en Navidad y mes y medio en Semana Santa.

Hay mucho terreno para vigilar en Cabo de Cruz. ¿La Administración tendría que apostar más por la vigilancia?

Tenemos vigilantes propios pero que están subvencionados, con lo cual nosotros corremos con muchos gastos. Entiendo que somos muchas cofradías y hay pocos efectivos para atendernos a todos, pero deberíamos estar mucho más apoyados. La vigilancia de los pósitos creo que debería llevarla la Consellería do Mar, liberando a las cofradías de esas labores.

Al final también las mariscadoras, por ejemplo, hacen labores de vigilancia.

Es lo que comentaba antes. Por eso ahora las mariscadoras pusieron esas cuotas para pagar vigilancia. Es una iniciativa 100% de ellas para liberarse de salir de trabajar e ir a vigilar. Se lo costean de su bolsillo para poder descansar y tener las playas protegidas.

Hay varios tipos de furtivismo, ¿para cada tipo habría que hacer medidas distintas?

Sí. Al que va a furtivar porque tiene problemas de dependencia hay que ayudarlo de otra manera, no fundirlo más. Al que va porque no quiere otro trabajo y prefiere ganar el dinero, hay que actuar de otra forma, con mano dura, porque va a saquear y se lleva todo el producto: el pequeño y el grande. Y al de bañador hay que multarlo.

¿Es imposible erradicar el furtivismo?

Aquí se les da la opción de integrarse en la cofradía como un trabajador más. Es para cualquiera. Tú te quitas los cursos necesarios y aquí todo el mundo es bien recibido. Lo que queremos es que todos aporten los mismo, pero muchos no quieren tener un horario o seguir unas normas. Quieren ir y venir cuando quieran y ese es un problema que no somos capaces de solucionar. Ni nosotros, ni la consellería, ni ningún organismo. Cada uno tiene que solucionarlo él mismo.

¿Tiene algún proyecto en mente para realizar a lo largo de estos años?

Queremos implantar videovigilancia en las playas. Estuve buscando los puntos en los que se cogería la mayor parte del terreno y vemos que es una buena forma de vigilar las playas y que además ahorra tiempo. Estamos trabajando en ello para poder presentarlo y desarrollarlo.

Para que el sector siga avanzando, ¿se debería innovar en algunos aspectos?

En todo. Hay que innovar en todo. El tema de las ventas online es un buen ejemplo. Nosotros tenemos que intentar hacerlo, aunque por nuestra forma de trabajar no lo podemos realizar por el momento. Comercializamos nuestro producto por lotes, no vendemos por primera, segunda o tercera. Ahora mismo no podríamos meternos en la venta online por esto, pero es un reto que sí deberíamos intentar conseguir.