En cuestión de días, probablemente el último fin de semana del actual mes de agosto, conoceremos el resultado de la asamblea a celebrar en la sede de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores, en Ames, para la elección del sustituto de José Blanco al frente de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga). Sea como fuere parece, no obstante, que será José Coloma el sucesor del histórico dirigente cerquero gallego José Blanco. Y este no pide otra cosa en su despedida del cargo que tanto el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, como la conselleira do Mar, Rosa Quintana, pidan perdón públicamente al subsector del cerco de Galicia por el daño ocasionado al mismo en los últimos seis años y, especialmente, por su manifiesto desinterés ante los problemas que afectaron „y afectan„ al cerco en esta comunidad autónoma "sin que ellos hubieran movido un solo dedo para encontrar una solución a sus problemas „acusa José Blanco„. Cerca de 100 días de acampada en San Caetano, a escasos 100 metros de la sede de la Xunta, protagonizados por hombres y mujeres de la mar y ni siquiera tuvieron la valentía de aproximarse a las tiendas de campaña en las que nos refugiamos para combatir el cansancio, el frío y la desilusión. Sí, me gustaría que, antes de que se elija al nuevo presidente de Acerga, Feijóo y Quintana tuvieran ese gesto humilde de reconocer sus graves errores para con el cerco de Galicia, por el que no han hecho nada, absolutamente nada ni aquí, ni en Madrid, ni en Portugal, ni en Bruselas, ni en Andalucía. Y pudieron haberlo hecho; pero no han querido defender nuestros barcos, nuestro sistema de pesca, nuestros pueblos y nuestro modo de vida. Feijóo y Quintana no pueden vivir tranquilos, porque en sus conciencias debe pesar todo el daño que ocasionaron a nuestro sector".

José Blanco, como ha hecho siempre, habla claro y sereno. Es contundente. Pero lo es también para analizar los planteamientos últimos de la mini-sociedad Cerqueiros Galegos, que acusa a los 107 barcos que integran actualmente la asociación Acerga de haber practicado "pesca olímpica" cuando fue precisamente Acerga quien planteó la necesidad de establecer topes de 750 kilos para que pudieran pescar la totalidad de barcos y que no se produjesen situaciones como la recientemente registrada en Ribeira „acusa Blanco„ donde se produjo una descarga de 14.000 kilogramos de jurel por parte de uno de los pocos barcos que permanecen en la estructura de Cerqueiros Galegos.

Tal vez sea el momento de que a la petición de perdón que demanda José Blanco por parte del presidente y de la conselleira do Mar se sume la de entidades como la citada Cerqueiros Galegos, porque de los muchos males que afectan al cerco en Galicia hay demasiados culpables.