El tercer mes de la campaña del pulpo sigue la dinámica de las primeras semanas en la que las cifras se alejan de las registradas en el mismo periodo del pasado año. La facturación acumulada en las lonjas gallegas hasta finales de septiembre asciende a los 4,1 millones de euros, un descenso del 34,3% con respecto a los primeros meses del 2018, cuando se habían generado 6,2 millones de euros. Los puertos de la comunidad descargaron entre el inicio de la extracción „que se produjo en 1 de julio„ hasta el 30 de septiembre 547 toneladas de cefalópodo, una caída del 9,4% respecto a los datos del pasado ejercicio, cuando se habían desembarcado 604 toneladas del recurso, según los datos provisionales publicados en la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar.

Lo más llamativo de estas cifras es el hecho de que, a pesar de que la oferta es menor, el valor de la especie sufrió un gran descenso. El valor del pulpo en los centros de primera venta sufrió una reducción del 27% ya que el precio medio del pulpo cayó a los 7,5 euros el kilo mientras que hace un año no bajó de los 10 euros el kilo. "Es cierto que no se alcanzaron los precios del año pasado, pero nos aguantamos con unos bastante asequibles. Nos extrañó que bajaran más de dos euros el kilo", concreta el presidente de la Federación Galega de Confrarías, José Antonio Pérez.

El sector apunta a que esta caída en el valor de este cefalópodo está relacionada con la entrada de pulpo foráneo. "Pensamos que este descenso de los precios se dio porque viene producto de otros caladeros, porque el que extraemos es de perfecta calidad", matiza Pérez, que añade que el "problema" surge cuando se abre la pesquería en otros caladeros, como en Marruecos o Mauritania, ya que hay más oferta, "lo que influye en los precios".

Otro aspecto que al principio de la campaña podía condicionar el valor del recurso era su tamaño, más pequeño de lo habitual. El líder de las cofradías gallegas señala que ahora el pulpo que encuentran ya es más grande, aunque esto no evita que se plantee por qué se dio este hecho. "Nos extrañó que hace unas semanas se viera tanta cría. Hay muchos aspectos que cambiaron, como el clima, por lo que quizás el desove se retrasó. No sabemos cómo está reaccionando el mar, pero las temperaturas del agua inciden muchísimo", aprecia Pérez.

Por lonjas

El puerto de Ribeira es el que más pulpo recibe de Galicia. La lonja ribeirense subastó entre julio y septiembre 139 toneladas de la especie, una cifra un 14,3% superior a la registrada en el mismo periodo del pasado año cuando apenas se superaron las 121 toneladas. "De momento estamos teniendo suerte. Parece que las capturas remontan un poco, aunque también depende de las embarcaciones que se dediquen a la especie, del tiempo y de otros factores", explica Pérez, que también es patrón mayor de la cofradía de Ribeira. Los ingresos generados por la venta del cefalópodo en esta lonja son un 12,7% inferiores a los de 2018: un millón de euros por los 1,2 millones de hace un año.

El centro de primera venta de A Coruña comercializó un 10% menos de pulpo (62 toneladas por las 69 del año anterior) y facturó un 32% menos: 462.768 euros por los 681.104 del pasado ejercicio.