Un marinero de Bueu falleció anoche tras sufrir un accidente a bordo del barco en el que faenaba, un cerquero llamado Cristo da Laxe y que tiene su base en el puerto de la localidad. El tripulante fue evacuado por el helicóptero Pesca I y trasladado al hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, donde poco después se confirmaba su fallecimiento. El fallecido es Carlos Pereira, un joven de la parroquia de Beluso que estaba a punto de cumplir 25 años.

El suceso ocurrió poco antes de las diez de la noche de ayer, cuando el Cristo da Laxe estaba trabajando al suroeste de la isla de Onza, en un entorno conocido como Monte Seco. Las fuentes consultadas explican que el accidente sucedió durante la maniobra para largar el aparejo de pesca y, por razones que se desconocen, el marinero parece que se quedó enganchado en el mismo.

A consecuencia de ello el aparejo lo habría arrastrado al mar y habría sufrido un golpe en la cabeza contra la obra muerta del barco. Sus propios compañeros lo pudieron rescatar al recoger el aparejo y lo subieron a bordo.

De inmediato se activaron los servicios de emergencia y hasta la zona se desplazó el helicóptero Pesca I del Servizo de Gardacostas de Gardacostas y una patrullera de salvamento de la Guardia Civil.

A bordo del barco intentaron reanimar al marinero antes de su evacuación al hospital Álvaro Cunqueiro, al que fue trasladado inconsciente pero aún con vida, según algunas fuentes consultadas. No obstante, al filo de las 23.30 horas de ayer se confirmaba su fallecimiento.

SOLIDARIDAD DE LA FLOTA

En los alrededores del archipiélago de Ons había trabajando más barcos del cerco, que tras recibir el aviso por radio se desplazaron hasta el lugar por si podían socorrer al tripulante y ayudar a sus compañeros del Cristo da Laxe. Tras conocer que fue evacuado por el Pesca I y que su estado era grave decidieron emprender el regreso al puerto de Bueu en señal de pesar y cuando aún ni siquiera estaba confirmado el fallecimiento del tripulante. Los detalles que pudieron conocer a través de sus compañeros ya indicaban que el estado del marinero revestía gravedad debido a que antes de que el aparejo lo arrastrase al mar sufrió un fuerte golpe en la cabeza a bordo del barco.