El sector pesquero prepara sus cartas antes de que se definan las cuotas de pesca para 2020. La asociación Pescagalicia-Arpega-O Barco se unió con la Organización de Productores de Lugo (OPP-7) para elaborar un plan de gestión en el que plasman sus argumentos, con base científica, para evitar el cierre por cuarto año seguido de la pesquería de la cigala en la zona VIIIc „del golfo de Vizcaya hasta Fisterra„. El pasado jueves el Consello Galego de Pesca aprobó el documento, por lo que el siguiente paso a dar es presentarlo a la Secretaría General de Pesca y a la Comisión Europea. La Consellería do Mar confirmó que su "intención" es llevar a Bruselas el plan de gestión a lo largo del mes de noviembre para reabrir la pesquería en 2020.

La pretensión de no esperar a la reunión de diciembre en la que se fijarán las cuotas para el año que viene es informar con anterioridad al Consejo de Ministros y a la Comisión Europea. "Con esto se busca que la CE tenga noticias de cómo está el stock. Antes de las negociaciones del 16 de diciembre tenemos que trasladar este informe a sus responsables", sostiene el secretario xeral de Pescagalicia-Arpega-O Barco, Torcuato Teixeira.

El sector entiende que este documento "está muy bien fundamentado", lo que debería "dar pie" a reconsiderar las recomendaciones hechas por Bruselas en base a los datos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES por sus siglas en inglés), que pide el cierre de esta pesquería hasta 2023. "Esto no tiene sentido en relación a los resultados obtenidos en las campañas científicas. Los datos que se conocen por el momento están siendo espectaculares", manifiesta Teixeira.

El representante del arrastre coruñés alega que hay dos aspectos "muy importantes" que no se tuvieron en cuenta cuando se decretó el cierre de la pesquería en 2016. Uno de ellos fue el plan de recuperación de la merluza-jurel-cigala, que se produjo entre el 2005 y el 2007. "No se estudió el impacto que tuvo en el sector, ya que hubo un descenso en las capturas por la limitación de días de esfuerzo", puntualiza Teixeira. Otra cuestión que según la pesca local no se valoró es el sistema de gestión ITQ (cuotas individuales transmisibles). "Se repartió la cigala entre todos los barcos de arrastre, incluidos algunos que nunca capturaron la especie, por lo que los desembarques bajaron drásticamente", concreta el secretario xeral de Pescagalicia.

Otro factor que también debería tenerse en cuenta según el sector es el descenso de la flota. "En 2005 éramos 114 arrastreros, pero ahora apenas quedan 60 con puerto base en Galicia. Los datos de capturas no van a ser iguales que hace 15 años porque la flota disminuyó", explica Teixeira.