La época navideña es una de las mejores fechas para la pesca y el marisqueo, ya que el sector ve cómo los precios de los productos del mar alcanzan valores elevados debido a la gran demanda que despiertan entre los consumidores. Sin embargo, cuando se acercan esos días también crece la acción de pescadores y mariscadores ilegales que aprovechan para extraer de forma ilícita el recurso y lo venden a precios inferiores de lo establecido en el mercado. Estas semanas se constató un repunte en su actividad, ya que a finales de noviembre y a principios de diciembre la Policía Autonómica y Gardacostas requisaron 39 kilos de percebe en A Coruña. La Asociación de Percebeiros de la cofradía coruñesa recalca que estos furtivos son reincidentes porque la legislación no los disuade (el furtivismo está tipificado como delito en el Código Penal desde el 2015). "La culpa es de la Justicia porque no aplica la ley", asevera uno de los miembros de la directiva de la organización, Carlos Sánchez.

El representante de los percebeiros señala que la acción de los mariscadores ilegales les afecta mucho a lo largo de todo el año, pero sobre todo en fechas cercanas a la Navidad, a pesar de que invierten mucho tiempo y dinero en vigilancia. "Nosotros cuando vamos a extraer el percebe lo seleccionamos y nos organizamos para no agotar el recurso. Sin embargo ellos cogen todo, destruyen lo que hay, incluso las crías", sostiene Sánchez. Y es que no solo es una persona la que va a las zonas en las que crece la especie y se lo lleva sin permiso, sino que trabajan en grupos de entre cuatro y siete furtivos. "Hay tres agrupaciones, pero es que además son reincidentes", apunta el portavoz de la Asociación de Percebeiros, que reclama otras alternativas a las sanciones económicas para los mariscadores ilegales: "Deberían mandarlos a hacer trabajos sociales, pero no se hace nada. Lo único que hace la Justicia es ponerles multas económicas a las que los furtivos no hacen frente porque se declaran insolventes por lo que no hay nada que los disuada", lamenta.

En las últimas semanas se realizaron varias intervenciones contra el furtivismo en A Coruña. El pasado miércoles la Policía Autonómica y Gardacostas de Galicia, en colaboración con los guardapescas de la cofradía de A Coruña, montaron un operativo en la zona de O Portiño, donde localizaron a siete pescadores ilegales. Tras una persecución en la que los furtivos escondieron el percebe, los agentes de la policía consiguieron recuperar los 26 kilos que habían extraído de forma ilícita.

Esta no fue la única operación que se desarrolló ya que el 29 de noviembre la Policía Autonómica intervino 13 kilos de esta especie en la zona de Bens e identificó a cuatro personas que extraían percebe de modo furtivo. Tras la intervención se tramitaron cuatro actas de infracción a la Lei de Pesca de Galicia y se requisaron 13 kilos del recurso, un traje de neopreno, tres salabardos, cinco rapas y una mochila.

Escasez de percebe

Los percebeiros „que se organizan todas las noches para vigilar los bancos y que tienen contratados a vigilantes para cubrir todas las zonas que producen percebe„ sostienen que tienen todo esquilmado a raíz de la acción de los furtivos. La concesión que tienen los profesionales de la cofradía de A Coruña es extensa ya que incluyen zonas de extracción en Ares, Mera, O Portiño, la Torre de Hércules, Suevos y el puerto exterior. Sin embargo, los percebeiros solo pueden trabajar en dos de ellas, ya que no hay recurso. "La Torre de Hércules y el puerto exterior son los únicos sitios en los que hay percebe, aunque están al 70%. Las trabajamos poco para no esquilmarlas", concreta Sánchez, que indica que los furtivos optan por ir a otras zonas, como a O Portiño o a Mera.

El representante de la asociación matiza que en la zona de la torre ya pueden trabajar desde la semana pasada, pero el mal tiempo se lo impide. "Cerramos la extracción en la Torre de Hércules y alrededores hace tres meses pensando en la Navidad. Desde que se reabrió no pudimos trabajar por el temporal que hay en el mar", explica Sánchez. Antes de cerrar la captura de la especie al finalizar el verano, los profesionales conseguían recolectar casi la totalidad del cupo diario (siete kilos) en la torre y en el puerto exterior. Sin embargo en el resto de puntos "no llegas a coger ni dos kilos". "Vamos a cuentagotas. No hay percebe porque se lo llevan todo los furtivos. Sin cría no se regenera", manifiesta el portavoz de los percebeiros.

Debido a la escasez de este cotizado crustáceo, se espera que en Navidad su precio sufra subidas muy pronunciadas. "Cuanto más mal tiempo haya más se dispara el precio del producto. Las previsiones para esta semana no son buenas, a ver si mejora para la siguiente", comenta Sánchez. El año pasado los percebeiros solo pudieron trabajar cinco días, por lo que el kilo del percebe en el mercado de San Agustín alcanzó los días antes de Nochebuena los 150 euros. Actualmente en lonja el precio medio ronda los 22 euros el kilo mientras que en 2018 a estas alturas alcanzó los 23.