Una familia marinera de Malpica llora, desde hace un año, el fallecimiento de uno de sus miembros, José Ángel Sanjurjo Láuzara. Ocurrió este hecho hace un año, concretamente el 20 de diciembre de 2018. Pocos días después del entierro de José Ángel, sus familiares iniciaron el ímprobo trabajo de recoger en los puertos pesqueros gallegos 10.000 firmas de marineros y otras personas que sienten la mar como propia y entregar los documentos que acreditan ese apoyo en la sede de Portos de Galicia, ente responsable del puerto autonómico malpicán, del que familiares y amigos de José Ángel demandan se acomete la realización de un plan que, en el puerto de esa villa de A Costa da Morte se repitan circunstancias similares a las que produjeron la muerte del patrón del pesquero Silvosa aquel 20 de diciembre de 2018.

La familia de José Ángel entregó a Portos de Galicia esas 10.000 firmas recogidas el 19 de julio de 2019. La primera respuesta positiva que recibió de la Xunta de Galicia „de quien depende ese organismo público„ se produjo, a efectos prácticos, hace unas semanas con la instalación en el puerto de Malpica de un sistema que recoge datos en torno al movimiento mareal y de corrientes que, es de suponer, ofrecerá datos que permitirán a los técnicos establecer los medios que, cuando sea (¿cuándo?) permitan a su vez modificar esas corrientes que, a día de hoy, todavía siguen arrastrando en el portalón de la dársena a los barcos que entran o salen de esta y que, en demasiadas ocasiones, parecen ser dirigidos directamente contra el muro del dique construido con la intención de resguardar del mal tiempo las embarcaciones necesitadas de esa ayuda que, en el caso de Sanjurjo Láuzara no fue sino el motivo del vuelco del barco y la muerte del patrón de este.

Ha transcurrido un año. Malpica y los marineros de esta villa siguen mirando con recelo la compuerta de la entrada de la dársena. Portos de Galicia se limita a planificar y su directora prometió acción decidida. La gente de mar se pregunta si es necesario tanto tiempo para actuar decididamente contra ese mal de las corrientes que afecta a la zona de abrigo del puerto malpicán desde que este se construyó hace más de medio siglo. Y la familia de José Ángel se pregunta si es necesaria otra muerte para que la Xunta actúe de forma contundente para lograr que Portos de Galicia sea esto y no un refugio de proyectos que no se cumplen adecuadamente.

La vida de un marinero, por si existen dudas „que considero no debe haber„ en el ente dependiente de la Consellería do Mar, tiene el precio del amor de los suyos. Un precio que no se paga en euros, ni se guarda en carpetas o archivos que se abren y se cierran en el ordenador de turno para mayor gloria de quien "vende" compromisos como quien vende ideas volanderas.

La gente de mar exige y Malpica demanda soluciones que solo Portos de Galicia puede dar. ¿Habrá que esperar otro año?