La flota anchoera española iniciará el próximo 1 de marzo la campaña de esta pesquería. Para entrar de lleno en ella, los barcos de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco deberán ceder a sus homólogos franceses 1,7 millones de kilos de cuota, con el objetivo de no coincidir ambas flotas en el desarrollo de la campaña. A cambio, también dispondrá la flota del Cantábrico de la pertinente autorización de acceso a caladeros galos en los que poder llevar a cabo tareas de pesca de carnada para pescar, que interesan especialmente a los anchoeros vascos y cántabros.

Es esta la consecuencia de un pacto auspiciado por la Interfederativa del Cantábrico Noroeste firmado a principios de este mes en Santander tras una reunión de casi tres horas de duración en la que se sentaron las bases para la reedición del conocido como Acuerdo de Bilbao, extinguido el año 2009.

Para el conjunto de los pescadores del caladero nacional Cantábrico Noroeste son necesarios, no obstante, cambios en ese acuerdo sobre la anchoa. Para acordarlos se van a reunir el 14 de enero representados por una comisión hispanofrancesa integrada por cinco representantes de la flota. Será en Getaria (Guipúzcoa) y se centrará en lograr un acuerdo que resulte válido para cada una de las partes y en el que se recoja expresamente que los barcos franceses cumplirán lo estipulado en Bilbao, desechando españoles y franceses viejos desencuentros relacionados con la pesquería del bocarte. Por este acuerdo, Francia recibirá de la flota del Cantábrico 100 toneladas más de anchoa, compensada tal cesión por el cumplimiento, entre otros aspectos, de un calendario de pesca.

La renovación del citado acuerdo (vencido el pasado 31 de diciembre) es más que necesaria si se quiere erradicar, por ejemplo, la diferencia entre los artes de pesca que se emplean en la pesquería de la anchoa. Por ejemplo, los pelágicos, utilizados por las embarcaciones francesas y que la normativa española no permite a los barcos nacionales, motivo de controversia en cada campaña.