La flota arrastrera de litoral, aquella que trabaja dentro de las 200 millas de territorio marítimo española, está desapareciendo lentamente. En solo un año, Galicia perdió un total de siete buques de este tipo y a cierre de 2019 la cifra bajaba de los 60 por primera vez, quedándose en 57. El sector achaca la drástica reducción, que supone un 10% menos, a que los armadores tienden a la concentración de las cuotas debido a su alta fluctuación año a año y a la escasez. Una tendencia que no se queda solo en los últimos años, sino que va mucho más allá. En los últimos tres lustros el arrastre de la comunidad perdió exactamente la mitad de sus unidades y, con ellas, la mitad también de la capacidad. Una sangría que los armadores aseguran que "seguirá produciéndose" en los próximos años.

El informe sobre la flota pesquera de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca (dependiente de la Consellería do Mar) refleja que el número total de barcos en Galicia se sitúa en 4.335, una reducción de 36 unidades respecto a 2018. El grueso de la flota (el 92,6%) la conforman las 3.862 embarcaciones de artes menores y es precisamente la que protagoniza el mayor número de bajas año tras año debido a su antigüedad y, principalmente, a la falta de relevo generacional. El otro grupo de buques que más se redujo fue la de arrastre de litoral.

El registro de 57 buques que figuran en el censo gallego dista mucho de los 93 que había hace una década y más aún de los de 114 que figuraban en 2005. La pérdida, además, viene acompañada de una fuerte reducción de la capacidad pesquera. Si hace 15 años el grupo de arrastreros gallegos contaba con 22.780 GTs (arqueo bruto), a cierre del pasado año eran 12.880, un 43% menos. Según explican desde el sector, el principal motivo para estas reducciones viene dado por las cuotas pesqueras disponibles para aguas ibéricas (zonas VIIIc y IXa, entre el Miño y País Vasco). Solo este año, el Consejo de ministros de Pesca europeos adoptó reducciones de un 3,4% en el caso del rape (3.353 toneladas) y de un 5,5% en merluza (5.600). A ello se sumó una reducción en cigala en la zona IXa (-3,7%, 97 toneladas) y el mantenimiento del cierre a la pesca de esta especie en la VIIIc. De las especies de interés, solo mejoró la cuota de gallo al avanzar un +14%, hasta 2.143 toneladas.

Esta situación de escasez lleva a que muchos armadores de arrastre opten por concentrar cuotas o, directamente, por vender las pocas que tiene. "Es difícil tener rentabilidad con un buque con una sola cuota", explica Juan Martín Fragueiro, gerente de los Armadores de Marín, uno de los puertos más afectados. A su juicio esta reestructuración de la flota de litoral seguirá produciéndose en los próximos años debido a esa "necesidad de adaptación a los recursos disponibles".

El secretario xeral de la OPP31 Pescagalicia, Torcuato Teixeira, opina por su parte que otra realidad que se da para esta reducción tan importante es la de los "armadores que desguazan barcos para comprar cuotas de arrastre de Portugal", además de lo "suculento" de las venta de los derechos de pesca.

Las otras flotas de litoral gallegas que redujeron el número de unidades en el último año fueron las de enmalle, palangre de fondo y palangre de superficie. Cada una perdió un barco respecto a 2018, quedándose con un total de 25, 23 y 50 buques respectivamente.