El tercer mes de campaña de centolla registra en Galicia una reducción de capturas, aunque la facturación generada por la subasta de la especie creció ligeramente. Entre el 11 de noviembre „día en el que se inició la campaña extractiva de este crustáceo en A Coruña y Pontevedra„ y el 11 de febrero las lonjas gallegas comercializaron 301 toneladas de este recurso por las 380 toneladas vendidas el año pasado, lo que supone una caída del 21%. A pesar de este descenso, los ingresos aumentaron un 2%, ya que en estos meses los centros de primera venta de la comunidad facturaron 3,4 millones, mientras que en el mismo periodo de 2019 la cifra fue de 3,3 millones de euros, según los datos provisionales consultados en la Plataforma Tecnolóxica da Pesca (dependiente de la Consellería do Mar).

El puerto de A Coruña es el que más centolla descargó en estos tres meses de campaña. La lonja coruñesa subastó entre noviembre y febrero 73 toneladas de la especie por las 99 del año pasado, un descenso del 27%. La facturación generada por la venta de este crustáceo también se redujo, aunque en menor medida. La rula coruñesa ingresó 517.180 euros, un 6% menos que el anterior ejercicio cuando la cantidad superó los 606.000 euros.

O Grove rompe con la dinámica en las lonjas gallegas, ya que recibió más centolla que en 2019. En estos meses la dársena grovense comercializó 51,5 toneladas por las 51,1 de hace un año. Los ingresos crecieron un 18%, ya que se facturaron 834.500 euros por los 709.250 del pasado ejercicio.

El presidente de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores, José Antonio Pérez, señala que los pescadores "no ven mucha centolla" en el mar y le suma el impedimento de salir a faenar "por el mal tiempo". Además, Pérez señala que últimamente los pescadores encuentran numerosos ejemplares con huevas, por lo que tienen que devolverlos al mar. "Muchos barcos dejan de capturar la especie porque no les compensa al tener que tirarla de nuevo al agua", apunta el dirigente de las cofradías gallegas, que añade que el ciclo de la centolla está cambiando. Las alternativas que barajan los profesionales de artes menores son el pulpo o el marisqueo.

Debido al descenso de las capturas y a la demanda que tiene la especie, los precios en primera venta ascendieron hasta los 11,4 euros el kilo, mientras que hace un año rondaban los nueve euros el kilo. El también patrón mayor de Ribeira manifiesta que, después de Navidad, el valor de este crustáceo se va reduciendo paulatinamente. "El kilo de centolla llegó a subastarse en Ribeira por un precio máximo de 48 euros, aunque ahora el máximo está sobre los 20 euros", matiza el presidente de la Federación Galega de Confrarías.