De camino al centro y al norte de Europa, donde acuden a procrear en la temporada estival, un buen número de especies migratorias hacen una parada en la ría de O Burgo para utilizarla como vestuario. Aquí abandonan su aspecto invernal y se engalanan con el plumaje nupcial, mucho más vistoso, para atraer a sus futuras parejas.

En un solo día, en el litoral coruñés, se han llegado a avistar 67 especies diferentes, lo que demuestra la riqueza ornitológica de este ecosistema, a pesar de la degradación que ha sufrido por la contaminación de sus aguas. El ánade real, el correlimos, el zarapito trinador, la garceta común o el chorlito negro, son algunas de las aves que se pueden ver durante estas fechas.

El Grupo Naturalista Hábitat, en el marco del II Congreso Internacional de Natureza e Imaxe del CEIDA, organizó ayer una jornada de observación ornitológica para que todos los ciudadanos que ayer se pasaron por el paseo marítimo de O Burgo, en el municipio de Culleredo, pudieran descubrir esta faceta poco conocida de la ría. Una garceta hizo las delicias de los observadores al demostrar su destreza pescando al utilizar su largo pico para arponear peces de rápidos movimientos. También avistaron una aguja colinegra que ya mudó su gris pelaje con el que se pasea por Galicia por los tonos rojizos y castaños con los que partirá en los próximos días hacia el norte.

Pero no sólo las aves colonizan estas aguas. Ricardo Ferreiro, vocal de Hábitat, explica que "con relativa facilidad" y un poco de suerte, se pueden observar nutrias hacia la desembocadura del río, cerca del agua dulce. Las plantas de las marismas, donde destaca la alicornia, o las algas que actúan de "guardería" al proporcionar la cobertura adecuada para la cría de alevines, también son de gran interés ecológico e, incluso, comercial.

Los aficionados a la observación ornitológica reclaman que en la ría de O Burgo se habiliten observatorios que permitan trabajar bajo techo en los días de lluvia. Solicitan instalaciones similares a las que se proyectan en las marismas de Betanzos a través de los fondos del Proyecto Mandeo.