"Está bastante mal, es una pena, ya no viene nadie. Sólo se ha abierto dos veces en los últimos años para rodar películas, en una era el sitio donde se casaban unos novios. Pero no me acuerdo de los títulos", explica un vecino mientras mira hacia Villa Isabel, una impresionante construcción con más de cien años de antigüedad y que por su ubicación es una de las mansiones más desconocidas de Oleiros.

La valiosa vegetación de ribera del río de San Pedro en la zona de Batán oculta una colina a la que se accede por la rúa do Traballo, convertida en paseo arbolado en uno de sus tramos, y que desemboca, sin aviso, en la plaza do Vilar en la que Villa Isabel se alza imponente aunque evidencia ya un importante abandono. En la plaza, a la derecha, se ubica también una curiosa hilera de pequeñas casas idénticas, de una planta, de antiguos obreros. Hoy sólo una de ellas está habitada.

Villa Isabel fue la casa de campo de una de las familias más importantes de A Coruña, la de los Marchesi Dalmau, dedicados al comercio y la banca y cuyo patriarca fue alcalde de la ciudad herculina.

Luciano Marchesi encargó en 1899 al arquitecto Luis Bellido González que reformase esta casa situada en Vilar, en la parroquia de Nós y le gustó tanto lo que hizo que después le encargó que diseñase también otras dos viviendas en Oleiros, más conocidas: Villa Marchesi en Montrove y Villa Galicia también en Nós y hoy muy reformada. Bellido terminó de construir Villa Isabel en 1902. Realizó un edificio de 1.438 metros cuadrados en una gran finca de una hectárea, con jardines y árboles. Todo el recinto, incluido el jardín, figura en el catálogo del Ayuntamiento de Oleiros aunque su grado de protección no es muy alto pues no es integral. A escasos metros existe otra finca cuya espectacular casa está también catalogada.

Este inmueble, al igual que Villa Marchesi, según cuenta el profesor de la Universidad de Santiago Jesús Ángel Sánchez, tiene un zócalo que esconde un semisótano en el que se ubican la cocina, la despensa, la bodega y el cuarto de plancha. Cuenta con escalera de servicio y montaplatos que comunican la cocina con el comedor y el office de la planta baja, donde también se encuentra el recibidor, el salón principal, despachos, la biblioteca y otro comedor más que se abre al exterior por medio de una galería acristalada. Las habitaciones del servicio se situaban bajo la cubierta. Al igual que Villa Marchesi tiene vidrieras con motivos vegetales.

El inmueble, en piedra de sillería, presenta un juego de volúmenes y alturas en sus tres cuerpos asimétricos. El cuerpo de la derecha es más estrecho y tiene tres alturas rematadas en un piñón muy apuntado con diseños escalonados en la cornisa. Las ventanas tienen arcos de medio punto. La fachada lateral cuenta con una galería pentagonal rematada en una terraza con balaustrada. El cuerpo de la izquierda tiene un volumen cúbico rematado en una cubierta de pirámide muy apuntada con un amplio alero. Todo el edificio está muy decorado con molduras en vanos y antepechos.