La localidad de Corme, en el municipio de Ponteceso, guarda un verdadero santuario del arte rupestre que constituye uno de los monumentos más espectaculares de toda Galicia. En la zona de O Roncudo se encuentra O Petón da Campaíña, un petroglifo único debido a su localización y naturaleza. Se trata de un grupo de pequeñas cuevas de distintos tamaños, con líneas entrecruzadas y ondulantes, posibles herraduras, óvalos, círculos sencillos, diversas rebajas y una curiosa figura humana en falso relieve de unos 25 centímetros de alto. También se pueden apreciar en la pared de abrigo varios grabados, aunque algunos de ellos se encuentran bastante deteriorados por el paso del tiempo.

Este yacimiento fue visitado hace unos días por un grupo de arqueólogos dirigidos por el lucense Pablo Nóvoa, que quedaron muy impresionados con el conjunto. Pablo Nóvoa destaca que se trata de un "caso único" en la comunidad gallega, debido a sus peculiares características, sobre todo por la zona donde se encuentra. "Es impresionante el abrigo que tiene, es como un santuario cubierto y totalmente abrigado", destaca el arqueólogo.

Además, este tipo de formaciones no suelen estar en puntos elevados como éste del litoral de Corme, sino que es normal encontrarlos a ras del suelo. Pablo Nóvoa también destaca la importancia de las representaciones antropomórficas, con huellas de manos y pies como en el Paleolítico y su falso relieve. Este arqueólogo es la primera vez que visitó el yacimiento cormelán, aunque dos miembros del grupo de estudio, búsqueda y conservación del arte rupestre que lo acompañaron ya lo conocían.

La expedición quedó gratamente impresionada por el hallazgo, aunque también criticó el estado de abandono que presenta debido a la dejadez de las distintas administraciones.

Según sus cálculos, los grabados podrían tener una antigüedad de unos 5.000 años, y destacaron la similitud que presenta con otros hallazgos del sur de Francia, el lugar de origen de los otros dos investigadores. Creen que este lugar pudo utilizarse como una especie de santuario ritual.

Aunque los petroglifos de A Campaíña son los más impresionantes que se pueden encontrar en Corme y los mejor conservados, muy cerca de este enclave están los conocidos como A Fieiteira y A Regadiña, que prácticamente están perdidos entre la maleza en condiciones deplorables.