Oleiros

"Ese loco no parará hasta que queme todo"

Los vecinos están atemorizados y creen que todos los fuegos son obra de la misma persona

Arriba, uno de los chalés a los que después se acercó el fuego; abajo, vecinos envueltos en humo. / víctor echave

Arriba, uno de los chalés a los que después se acercó el fuego; abajo, vecinos envueltos en humo. / víctor echave

Marta Villar | Oleiros

"Un mechero, un mechero", gritaba, mientras corría hacia un grupo de vecinos, un miembro de una brigada de extinción de incendios. "Va a prenderle fuego al matorral al borde del camino para que se maten los dos fuegos y evitar que llegue a las casas", explicaba certeramente un residente. Esta técnica de cortafuegos y la intervención de hasta tres motobombas en un momento crítico salvó la vivienda de una pareja en la zona de O Arrequento, cerca de Vixía, donde ayer se originó el quinto fuego en lo que va de verano en Dexo y que ya ha quemado en total al menos doce hectáreas.

"Es el mismo, hasta que queme todo no para, que alguien cache a ese loco", exclamó una vecina de la rúa O Arrequento. Su afirmación es compartida por todos los demás: creen que el fuego de ayer y los otro cuatro de este verano han sido provocados y por la misma persona.

"Ese loco no parará hasta que queme todo"

"Ese loco no parará hasta que queme todo"

Las teorías de las causas, los autores y, sobre todo, las maneras de actuar contra el fuego eran las protagonistas de todas las conversaciones vecinales. "Este monte lleva cuarenta años sin limpiar, está lleno de silvas, fieitos y toxo seco. Yo lo limpiaba todos los años y, fíjate, justo este año no lo hice", resaltó un vecino.

"Aquí tenían que venir helicópteros, hidroaviones, faltan medios, no basta con mangueras... Tanto protocolo...", apuntó un joven. Los propietarios de otro chalé situado por la parte baja de la zona donde se originó el fuego, no pudieron acudir a su casa ante la amenaza de las llamas y tampoco pudieron recoger sus coches para ir a trabajar.

El sonido de un fuego que avanza a toda velocidad gracias a un sol abrasador, un poco de viento del nordeste y abundante maleza crujiente de lo seca que está, es tan suave como estremecedor y eriza cada pelo del cuerpo. Rodeados de peligrosas lenguas de fuego y asfixiante humo, cubiertos con trajes, cargados de equipos y chorreando de sudor, así trabajaron los efectivos de lucha contra incendios forestales durante horas. A las ocho de la tarde aún no habían comido -el incendio fue poco después de las dos y media-.

Los efectivos se entregaron en las labores y contaron con la ayuda de los residentes en la zona: les llevaron botellas de agua, y unos que conocían bien el terreno, sus intrincadas pistas y caminos, hicieron de guías para el acceso de vehículos y motobombas.

Los propietarios de los dos chalés más amenazados también colaboraron en los trabajos: pusieron los aspersores del jardín a funcionar y algunos sacaron las mangueras por encima de los cierres y regaron todo el entorno más cercano.

"¿No podemos hacer nada más?", decía uno de los numerosos vecinos que se acercó al lugar del incendio. "Ustedes no tienen equipos adecuados ni preparación, viene un cambio de viento o cae un árbol ardido...", le respondió un policía local. "Es la segunda o tercera vez que nos llega el fuego hasta delante de casa", afirmó el dueño de una de las viviendas que más seriamente resultó amenazada, totalmente tiznado en cara, cuerpo y ropa, y que antes de decir nada más ya se fue corriendo a ayudar a los bomberos a tirar mangueras hacia el monte.

Agentes de la Guardia Civil pidieron a algunos vecinos que se identificasen, lo que generó malestar aunque otros comprendieron que hacían su trabajo para tratar de averiguar quién pudo prender el fuego.

Una de las anécdotas más comentadas por los residentes de la zona la protagonizó un responsable de la Consellería de Medio Ambiente: a bordo de todoterreno pasaba por las pistas a toda velocidad, aceleraba continuamente tanto hacia adelante como dando marcha atrás y en una de sus pasadas bajó del vehículo fumando un cigarrillo.

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