Fue la única empresaria gallega que tuvo el "privilegio" de compartir mesa y mantel con el ex presidente, José María Aznar, y su mujer, Ana Botella, en una "comida privada" que sirvió de colofón a la convención de karate inmobiliario que acogió el pasado sábado el Hotel Meliá Castilla, en Madrid.

Sonia Merelas, gerente de Fincas Galicia, en Arteixo, fue una de los 16 empresarias que disfrutó de la "agradable" velada con la que los responsables del portal inmobiliario Noteges premiaron a las firmas que habían elevado en mayor medida sus ingresos pese a la crisis. Una selección realizada entre un total de 280 compañías.

La arteixana, que se define ya como un cinturón negro en el inestable mundo del ladrillo, tuvo ocasión de poner a prueba los conocimientos geográficos del ex mandatario. "Fue nombrarle Arteixo y enseguida lo identificó con Inditex", relataba ayer la empresaria.

Tras localizar el emporio de Amancio Ortega, Aznar no tardó en atar cabos. Y pronto situó a Arteixo en el mapa. Algo a lo que contribuyó su cercanía a A Coruña. "Me preguntó si estaba cerca de la ciudad", relató Merelas, que ignora si en las asociaciones mentales del ex presidente pesó más el faro romano distinguido por la Unesco o sus recuerdos de aquel consejo de ministro que presidió en 2003 en A Coruña y que se zanjó con la decisión de acometer el puerto exterior. Una dársena que, curiosamente, el ex presidente no relaciona ahora con Arteixo. Pero sus conocimientos geográficos no eclipsaron a los inmobiliarios. Y las recetas gastronómicas hicieron sitio en la mesa a las económicas. Entre ellas, la que destaca Merelas: "Nos dijo que en este momento en España hay más funcionarios que empresas y es a estas a las que hay que apoyar".