El cadáver que unos cazadores hallaron el pasado domingo en un monte del municipio de Valga (Pontevedra) ha sido identificado como el de Manuel Sesar Carreira, el vecino de Oleiros de 68 años que desapareció de su casa el pasado 13 de enero. El cuerpo de Manuel Sesar fue hallado por unos cazadores en el monte de Parafita tendido en el suelo y en una zona arbolada a escasos cinco metros de una carretera. En un principio se sopesó que la muerte le sobrevino por causas naturales, sobre todo porque el cadáver presentaba un avanzado estado de descomposición, pero la autopsia realizada ayer mostró signos claros de violencia. La Guardia Civil investiga ahora las circunstancias de esta muerte y el juzgado de Caldas de Reis instruye las diligencias.

Cuando fue hallado, el cadáver carecía de cualquier tipo de identificación y la búsqueda posterior por parte de protección Civil de Valga tampoco permitió localizar el coche en el que supuestamente habría llegado a la provincia pontevedresa.

En un principio se barajó también la posibilidad de que el cuerpo pudiese ser de otro vecino desaparecido en Arteixo pero ayer por la mañana la Guardia Civil ya avisó a la familiar de Manuel Sesar para que acudiese al Instituto de Medicina Legal de Pontevedra para identificarlo.

Manuel Sesar Carreira era un albañil jubilado que estaba separado y era padre de seis hijos. Uno de ellos fue el que ayer realizó el reconocimiento. Sesar vivía en Oleiros desde niño, tras trasladarse sus padres desde la localidad de Melide donde esta familia es muy conocida.

Sus familiares en Oleiros denunciaron su desaparición hace tres semanas. Le vieron por última vez el pasado 13 de enero, cuando dijo que se marchaba al puerto de A Coruña a pescar. Se llevó su vehículo, un Opel Vectra matrícula de Oviedo O-4014-CD, que aún no ha aparecido y que puede suponer una pista importante en el esclarecimiento de estos hechos.

Los efectivos de Emergencias confirmaron ayer que buscaron por todo el entorno donde se halló el cadáver y no encontraron ningún vehículo.

El cuerpo se encontró en una zona muy visitada, cerca de las populares Fervenzas de Parafita, un entorno de gran belleza paisajística. El cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición y se constató que podría llevar al menos diez días muerto, por lo que podría haber fallecido el mismo día de su desaparición o poco después.

Los familiares denunciaron su desaparición dos días después y pidieron la colaboración ciudadana para que cualquier persona que le hubiese visto avisase a las fuerzas de seguridad. Advirtieron que Sesar se había marchado sin llevarse sus medicinas. Manuel Sesar Carreira trabajó como albañil durante casi toda su vida y desde su jubilación era aficionado a la pesca.

Juan Sesar, uno de los hijos del fallecido, se desplazó ayer al mediodía desde Oleiros a Pontevedra, requerido por la Guardia Civil, para reconocer el cuerpo aunque las primeras pruebas con huellas dactilares ya apuntaban a que Manuel Sesar podía ser el hombre hallado sin vida. Su hijo Juan confirmó ayer a este periódico que el cuerpo pertenecía a su padre. "Llevaba puesta la cadena de oro, aunque le faltaban la cartera y el reloj", explicó. Resaltó que su padre era "un hombre normal y sin problemas mentales de ningún tipo".

"Era un jubilado que vivía en casa con nosotros y un día salió y no regresó", añadió. Juan Sesar agregó que su padre "no tenía enemigos".