Poco más de siete metros es lo que le queda al lago artificial de Endesa en As Pontes, que cubre el hueco de la antigua explotación minera, para llegar al nivel de "rebose", por lo que está previsto que esté "completamente lleno" el próximo otoño, según explicó ayer el director territorial del Noroeste de la compañía eléctrica, Francisco Aréchaga, durante un recorrido por la zona con periodistas.

El lago acumula en la actualidad 480 millones de metros cúbicos de un máximo de 547, lo que significa que el nuevo espacio natural se encuentra a un 90% de su capacidad con un agua "de buena calidad", que cumple "sobradamente" con los parámetros impuestos por Augas de Galicia, según deduce de los más de 2.000 mediciones que Endesa realiza al año, además de los controles externos. Será en otoño cuando, si la empresa consigue la autorización expresa para ello (aunque ya cuenta con el permiso inicial), las aguas rebosarán al río Eume.

Pese a que las primeras previsiones hacían referencia a que el llenado del hueco de la mina finalizaría a principios de 2012, el hecho de que haya llovido "mucho y bien" ha facilitado la labor de llenado del hueco de 8,7 kilómetros de superficie y 18 kilómetros de perímetro, que alcanza una profundidad de 206 metros en puntos concretos. Endesa inició el diseño del lago en 1995 como parte de su política para regenerar la cuenca minera una vez finalizada la explotación y comenzó a inundar la mina en 2008 a través de un canal de 3,3 kilómetros que captaba el agua del río Eume.

El lago, que será transferido a Augas de Galicia una vez finalicen los trabajos, cuenta además con un gran arenal artificial en la zona más próxima al municipio pontés, a unos 300 metros de la primera línea de casas de la localidad. La playa, con forma de media luna y una extensión de 370 metros, cuenta con una zona verde y otra formada por 90.000 toneladas de arena adquirida a una cantera lavada. En "tres semanas" estima Endesa que acabará de depositar las 15.000 toneladas pendientes.

Santa Bárbara, patrona de los mineros, es el nombre preferido por Francisco Aréchaga para esta playa, de la que recalca su grandeza y la calidad de su arena. Los técnicos de este proyecto calculan que en el lago se podrán producir olas de hasta dos metros de altura en función de la dirección del viento y aseguran que sus aguas alcanzarán en verano una temperatura máxima de 23 grados, "muy agradable para el baño".

En la zona perimetral del lago se procederá a la plantación de árboles. Los dos cabos artificiales que protegen la playa se poblarán con pino de Oregón, para resguardar el arenal del viento. Endesa asegura que "restituirá el régimen hídrico previo al inicio de la explotación" de forma que los ríos Meidelo, Illade y Maciñeira que vertían al valle pontés volverán a hacerlo sobre el lago, que cuenta con un canal de desagüe.

Endesa construyó una escombrera interior, que es la que da soporte a la playa artificial, y otra exterior, con más de 720 millones de metros cúbicos de áridos que se ha regenerado con vegetación y 172 especies de vertebrados.