La publicación de la nueva ley electoral ha pillado a más de un político desprevenido. Y no por hacer algo tan de campaña como escurrir el bulto, si no por dar la cara de más. Eso sí, a varios metros de altura. En carteles y vallas publicitarias, en grandes lonas extendidas en las fachadas de comercios, etc... Lugares que acaban de ser declarados lugares libre de promesas y sonrisas de las de dametuvoto

Los hay que se resisten, pero la mayor parte de los candidatos a la Alcaldía en la comarca han optado por no jugársela y se han descolgado del cartel por su propio pie. En las vallas desde las que hasta el pasado lunes asaltaban a transeúntes y conductores, ya no queda ni rastro de sus eslóganes, sólo algunos restos de ese fino envoltorio en los que aún se intuye alguna que otra promesa.

Los alcaldables tendrán que esperar hasta el 6 de mayo para volver a auparse a las vallas. No será lo único que tendrá que esperar. La Lei Orgánica de Réxime Electoral ha incluido otras modificaciones que permitirán a los partidos ahorrarse buena parte de sus obsequios. Y es que en precampaña los políticos no podrán agasajar a sus posibles votantes con merchandising de partido. Nada de bolis, mecheros, pins, llaveros... Ni siquiera caramelos, si asoma en su envoltorio las siglas del remitente. Tampoco se permitirá la puesta en marcha de webs electorales que impliquen un contrato comercial, o los tan de moda vídeos en YouTube en los que se pide el voto o la inserción de anuncios en medios de comunicación. Lo que no fallará son los repartos de folletos, los mítines, los actos de partido, la presentación de candidaturas. Y, cómo no, la precampaña virtual. Esa que se libra en la Red y que les permitirá hacer amigos a golpe de clic. A falta de vallas publicitarias, siempre está Facebook.