"El principal problema que tenemos en Galicia en lo que se refiere a la actitud de la Xunta es que no hay problema". Así de contundente se manifiesta el ecologista Xosé Veiras para criticar lo que considera falta de gestión forestal por parte del actual Gobierno gallego en relación con el eucalipto, que, no solo mantiene "un perfil bajo" para su control en espacios protegidos como las Fragas do Eume (A Coruña), sino que "recuperó las ayudas" a la plantación de esta especie destinada a la producción de madera para chapa y sierra.

El miembro de la asociación Verdegaia es coautor, junto al responsable de la campaña de bosques de Greenpeace, Miguel Angel Soto, del informe 'La conflictividad de las plantaciones de eucalipto en España (y Portugal)', que ha sido presentado este jueves en Santiago de Compostela como un paso más --después del manifiesto firmado por una veintena de colectivos con motivo del Día Mundial Forestal-- para exigir "un cambio en las políticas para solucionar el problema histórico con este árbol".

"Consideramos que es el momento de sentarse con las Administraciones y los actores económicos para decirles qué hay que hacer, cómo hay que gestionar la plantación de eucaliptos", ha aseverado Soto en rueda de prensa.

Galicia, ha incidido Veiras, constituye "un ejemplo paradigmático de eucaliptización", pero, sin embargo, afronta el impacto que produce esta especie sobre el territorio --pérdida "considerable" de los nutrientes del suelo, de la biodiversidad de flora y fauna, sequía de los cursos de agua y mayor riesgo de incendios forestales-- con una Administración que "no cree que haya un problema de eucaliptización". "Considera que no tiene que hacer nada para limitarlo", ha alertado.

Con la vuelta al apoyo de este tipo de plantaciones, ha precisado Veiras, la Xunta ya no subvenciona la plantación de madera para producción de pasta de papel --con turnos de corta de unos 15 años--, pero sí aquella que se dirige a chapa y sierra --la que se emplea sin triturar--, que se tala cada 25 ó 30 años.

Así, Veiras ha señalado el caso de las Fragas do Eume --al que el estudio dedica un capítulo--, en el que, ha asegurado, el Ejecutivo autonómico "no está acometiendo un programa ambicioso de sustitución de los eucaliptos". "Y estamos hablando del bosque atlántico de baja altitud más importante de Europa", ha destacado, para invitar a "imaginar" lo que ocurre "en el resto del territorio si eso es lo que acontece en este parque natural".

Aún sobre este espacio natural, el presidente de la Sociedad Galega de Historia Natural (SGHN), Serafín González, presente en la comparecencia, ha avisado de que la Administración gallega "ni siquiera está retirando los eucaliptos en las zonas de dominio público hidráulico" --de propiedad pública--, en las que "podría intervenir de forma directa e inmediata, sin ningún problema con los propietarios".

Los Lugares de Interés Comunitario (LIC) de la costa gallega son los otros afectados, ha apuntado González a preguntas de los periodistas, ya que "en mayor o menor medida", el eucalipto se extendió por estas zonas desde principios de los años 70.

Expansión al interior y plantas de biomasa

En la actualidad, no obstante, los ecologistas advierten de su expansión al interior de la Comunidad Autónoma, ya que la demanda este año en los viveros se centra en la especie que aguanta bajas temperaturas, por lo que puede implantarse en áreas de alta montaña.

Otra de las "tendencias actuales" sobre la que han alertado es la de la utilización de esta madera para las plantas de producción de energía de biomasa, una práctica "nada recomendable". Esto es así, inciden, porque estas centrales utilizan la cáscara y las hojas del eucalipto, que "deberían volver al suelo" para devolver parte de los nutrientes utilizados por el árbol, con lo que se evita, en parte, la acidifación.

"El mercado decidió cómo, dónde y cuándo plantar"

"Durante todos estos años, quien decidió cómo, dónde y cuándo plantar fue el mercado", ha denunciado Xosé Veiras, para reprochar a la Administración que se limitase "a mirar lo que estaba pasando" o, incluso, "apoyase este proceso sin tomar medidas para su racionalización". "Galicia es un caso muy claro de incumplimiento de sus planes", ha sentenciado.

Por ello, una veintena de agrupaciones ecologistas firmaron el manifiesto 'Una visión común sobre el problema de las plantaciones de eucalipto', en el que exponen "propuestas claras y concretas para la gestión del eucalipto".

Serafín González ha enumerado algunas de ellas, como la fijación de "límites máximos" a la plantación de este árbol, la necesidad de una investigación "más potente e independiente de los agentes productivos" y la adaptación de la planificación forestal a la legislación ambiental y de ordenación del territorio.

Los gobiernos, ha subrayado, tienen "que cumplir y hacer cumplir la ley". "Sobre todo, en espacios protegidos, hábitats prioritarios y hábitats ocupados por especies amenazadas", ha señalado. En estos lugares, los ecologistas urgen "planes de eliminación" del eucalipto.

También reclaman determinar herramientas de gestión "específicas" y se oponen al cultivo transgénico --que "puede incrementar de forma exponencial sus riesgos ambientales"-- y a su utilización como "medida para mitigar el efecto verdadero".

Por último, erigen la certificación forestal en "vía de encuentro entre el sector productivo y la Administración para llegar a un consenso aceptable" y expresan "serias dudas" sobre su rentabilidad económica.

"El problema es la falta de planificación"

Tras visionar un video que relata como la Junta de Andalucía abrió ocho expedientes al grupo Ence por "actuar dentro de espacios protegidos" en Huelva, el responsable de la campaña de bosques de Greenpeace ha resumido la actitud del movimiento ecologista ante el eucalipto.

"El movimiento ecologista no tiene un problema con la especie, el problema es la falta de planificación y de una gestión responsable y sostenible", ha resuelto.