La Xunta cree "razonable" costear la vigilancia del pazo de Meirás los días en que se abre al público, lo que supondrá 9.500 euros en 2011, por la "singularidad" del inmueble y para "minorar" eventuales "riesgos de deterioro", pese a reconocer que no está obligada a asumir estos gastos.

Así lo manifestó ayer el secretario general de la Consellería de Cultura, Antonio Fernández-Campa, en el Parlamento, en respuesta a una pregunta de la diputada socialista Concepción Burgo sobre las actuaciones para garantizar la seguridad en Meirás durante las visitas del público y el convenio firmado entre la Xunta y los propietarios.

Burgo reclamó una copia del acuerdo, ya que su grupo solicitó documentación relativa al pazo durante dos años y "nunca" le fue remitida, lo que "conculca" los derechos de la oposición, dijo, y reprochó al Ejecutivo autonómico que le "arreglara los problemas" a la familia Franco con las visitas al inmueble, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2008. También reclamó a la Consellería de Cultura "garantizar la exactitud histórica" durante las visitas, ya que el guía expone una "visión sesgada de la historia".

Trato de favor

Burgo acusó a la Xunta de dispensar un "trato de favor" a la familia Franco por asumir el coste de la vigilancia y del guía, por lo que pidió que haga lo mismo con el resto de BIC de Galicia. El secretario general de Cultura reconoció que no es obligatorio que la Xunta asuma estos costes de vigilancia, encargados a una empresa privada, y negó que haya trato de favor a la familia Franco, si bien sostuvo que para la apertura de un edificio como éste la negociación es "el mejor procedimiento".

Cifró en 9.513 euros el coste de este servicio para 2011, importe que podría variar si es necesario reforzar dicha vigilancia, un servicio que sería "absurdo" no contemplar tras la apertura del edificio al público. Argumentó que el texto que expone el guía lo elaboró una empresa y que para su redacción se tuvo en cuenta el contenido de la declaración BIC del pazo de Meirás.