Los futuros altos directivos gallegos que la escuela de negocios coruñesa prevé formar en la Finca Alsina o Las Cadenas de escuela de negociosFinca AlsinaLas CadenasOleiros tendrán el privilegio de estudiar en una finca de casi diez hectáreas con árboles centenarios y un palacete construido en 1875 en el que residió unos días el monarca Alfonso XII en una de sus visitas a Galicia. El nombre de Las Cadenas viene precisamente porque antiguamente las edificaciones que en algún momento albergaron a la realeza tenían el derecho a lucir este símbolo, una cadena.

Este Instituto de Finanzas se encargará de pintar y eliminar humedades en el interior del inmueble (fruto de la condensación por estar unos años cerrada). "Poco más podemos hacer porque es un edificio protegido", advirtió el presidente del instituto, Luis Bejerano. Esta finca está catalogada con protección integral y cualquier obra requeriría permiso de Patrimonio.

Lo que resulta una incógnita es la titularidad exacta de esta propiedad. En 2004 el alcalde, Ángel García Seoane, firmó un convenio urbanístico con el propietario, Fernando Marchesi Quiñones de León, para un desarrollo residencial a cambio de la cesión de este edificio para el patrimonio municipal.

El alcalde recientemente aseguró que el edificio estaba "escriturándose" a favor del Concello y figura como público en el plan general. En un libro editado por el Ayuntamiento sobre el patrimonio oleirense no obstante se señala que se hizo un "usufructo" a favor del Concello.

La escuela de negocios privada sin embargo, confirmó ayer que alquiló el inmueble a su aún dueño, Marchesi, y su intención es renovar por muchos años su ocupación.

Este palacete fue construido hace 136 años por el arquitecto Faustino Domínguez Coumes a petición del marqués de Loureda, abuelo del actual propietario, Fernando Marchesi, y está considerado como el edificio más hermoso de Galicia de finales de siglo.

El claro gusto francés y su tendencia isabelina se observa en su tejado en mansarda y a cuatro aguas y en su profusa decoración con arquerías y dinteles. Una escalinata flanqueada por las esculturas de dos perros conduce a la entrada del pazo. En la planta baja está el comedor y los salones, abiertos a los jardines. En la primera planta están los dormitorios, un despacho y un vestidor. Lleno de grandes lámparas y mucho mármol, además de un gran artesonado en la escalera, el edificio incluye una capilla y una biblioteca.

Un gran jardín geométrico con una fuente y cuatro palmeras separan el edificio del borde de la carretera N-VI. Detrás de la casa se ubica una pequeña construcción que es una antigua caballeriza reconvertida en garaje; y un inmenso prado bordeado por un camino flanqueado por altos plátanos. En medio del prado un alprende guarda como oro en paño antiguos carros y carretas que se usaban en la propiedad. Uno de ellos lo usaba una empleada para comprar los víveres en A Coruña. Los jardines centenarios cuentan con espectaculares ejemplares. Todo está perfectamente cuidado por un matrimonio que se encarga del mantenimiento.