La irrupción, hace poco más de una década, de fenómeno SUV trajo consigo unos «daños colaterales» en la estructura del mercado del automóvil. Y es que, el nuevo concepto de todocaminos afectó durante los años posteriores de manera directa a otros segmentos totalmente consolidados como es el caso del de los monovolúmenes.

Una propuesta de marcado corte familiar y de contrastada practicidad que ha tenido que adaptarse a las nuevas exigencias de los conductores como ha reflejado Mercedes-Benz en el desarrollo del nuevo Clase B. Desde la introducción del primer Clase A en el año 1997, el catálogo de monovolúmenes de la firma alemana ha adquirido un notable protagonismo. No en vano, desde entonces se han matriculado más de 6 millones de vehículos de esta gama, de los cuales 1,5 millones corresponden al Clase B. Ahora, y ante las tendencias «crossover» que predominan en el mercado de los turismos, el monovolumen compacto de Mercedes-Benz se presenta en una totalmente nueva generación, con unos más que notables argumentos.

práctica deportividad

Ante la cada vez más extensa oferta «todo camino» presenta en la práctica totalidad de segmentos, Mercedes-Benz ha apostado por aportar un carácter extra de dinamismo que, acompañado de la innata practicidad de este tipo de carrocerías, le dotan de una clara diferenciación respecto a los SUV premium de similares dimensiones. Un comportamiento en carretera que supera con creces las habilidades dinámicas de los todo terreno tanto por peso, como por aplomo en todo tipo de trazados.

Si a ello se le añade unos ajustados valores en materia de coeficiente aerodinámico, el Clase B mejora de manera clara las cifras de consumo de cualquier SUV, a la vez que consigue un nivel de confort y de insonorización en carretera, más que destacables. Además, esta impronta deportiva es visible desde el primer vistazo a su carrocería. Una batalla larga (2,73 m) con voladizos cortos, la línea del techo ligeramente más baja y las llantas de una talla mayor que hasta ahora, de 16 a 19 pulgadas, contribuyen a dinamizar sus proporciones. Siguiendo los matices estéticos que caracterizan al nuevo Clase A, el monovolumen alemán se presenta con unas dimensiones que crecen en longitud (4,42 m) y anchura (1,80 m), mientras que la altura se ha rebajado en 4 cm (1,56 m), para acrecentar esa imagen «Sports Tourer» que le desvincula de los típicos monoespacios de gran volumen. Estas dimensiones también vienen acompañadas de unas mejoradas cotas de habitabilidad en relación a la altura libre al techo y la anchura de los hombros para todos los pasajeros, entre otros detalles.

nuevos motores diésel

De manera inicial, el Clase B llega al mercado en cinco alternativas de motorizaciones gasolina y diésel, todas ellas acordes a la normativa Euro 6d que entrará en vigor en 2020. Cabe destacar la llegada de la nueva familia diésel de 2.0 litros en versiones de 150 y 190 cv, que acompañan al motor de entrada a la gama, el 180 d de 116 cv.

También están disponibles en la fecha de estreno dos motores de gasolina de cuatro cilindros de 136 y 163 cv. Todos estos propulsores van a estar disponibles en su lanzamiento, únicamente acoplados a dos cajas de cambio automáticas de doble embrague de 7 y 8 velocidades, ésta última de reciente creación y disponible en los dos modelos diésel de mayor potencia. Más adelante llegarán nuevos motores así como las versiones con la tracción integral 4Matic.

Asimismo, el Clase B cuenta con el asistente activo de distancia Distronic que forma parte del paquete de asistencia a la conducción puede ayudar al conductor en numerosas situaciones y adaptar confortablemente la velocidad del vehículo —por ejemplo, al acercarse a curvas, cruces o rotondas— en función del trazado de la ruta prevista. A ello se añaden el asistente activo de parada de emergencia y el de cambio de carril, así como el de frenado activo de serie con funciones ampliadas.