Uno de los proyectos gallegos que siempre se ha quedado en el cajón y nunca ha visto la luz es el del circuito gallego de velocidad. Un proyecto que podría considerarse superfluo por su costo, pero que merece un profundo análisis sobre los beneficios que puede aportar.

Aunque se denomine circuito de velocidad, este aspecto no tiene porque ser la finalidad del proyecto. Una instalación como esta tiene multitud de utilidades, que pueden proporcionar su propio mantenimiento. Evidentemente, los cursos de formación son parte de esta utilización, y disponer de una instalación en donde se puede a manejar un vehículo en cualquier situación es algo demasiado importante como para tomárselo a broma.

No podemos olvidarnos que en Galicia hay una de las fábricas más importantes de Europa, y es evidente que cualquier fabricante vería con buenos ojos tener una circuito en sus proximidades para las pruebas de sus modelos. No cabe duda que sería un ahorro de costos muy importante.

Pero un circuito de velocidad puede dar todavía mucho más de si, desde conferencias, eventos sociales e incluso ser utilizado por las marcas para presentar sus nuevos modelos. Galicia es un destino muy importante para los fabricantes, que incrementaría su valor al disponer de un circuito de velocidad. Y todo ello sin contar con los particulares que podrían probar sus vehículos, y las competiciones que se podrían disputar.

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