Una semana después de los comicios electorales, y a falta de definirse el nuevo gobierno, el futuro ejecutivo tiene una gran tarea pendiente con el sector del automóvil, vilipendiado en los últimos tiempos.

El sector necesita sentarse con los dirigentes del país y planificar un futuro que se antoja con muchos cambios, tanto para el sector como para los conductores. Son muchas las grandes ciudades las que han comenzado a marcar los planes para erradicar los automóviles más contaminantes por otros más benévolos con el medio ambiente, eso sí, sin analizar detenidamente todas las alternativas posibles. Es necesario establecer una hoja de ruta a largo plazo, estableciendo de forma clara por donde ira ese futuro.

La fiscalidad del automóvil es otro de los temas pendientes de los últimos ejecutivos, aunque no es de extrañar con todos los impuestos que se generan en la fabricación y en la venta de un automóvil. Los fabricantes llevan muchos años peleando por una reestructuración de uno de los sectores más importantes del país, con diecisiete fábricas y cientos de empresas auxiliares que necesitan un marco legal nuevo.

Es necesario que el nuevo ejecutivo se siente a la mesa con la patronal para iniciar unas conversaciones que permitan acabar con la incertidumbre que se cierne sobre el sector, y que provoca tantos interrogantes en los compradores que inciden muy negativamente en las ventas.

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