En coordinación con centros y salones del resto del estado, las profesionales echan hoy las persianas de sus negocios para reclamar ayudas para un sector que, estiman, no ha dejado de perder clientela desde el inicio del estado de alarma. Su caballo de batalla, terminar con el IVA del 21%, uno de los factores que, aseguran, contribuye a agravar la mala situación que atraviesa el gremio.