Cuando a las siete de la tarde los termómetros todavía marcan 42 grados, en Granada pueden imaginarse que dormir será complicado. En Alcalá del Río, en Sevilla, también saben de noches tropicales. Aquellas en las que la temperatura no baja de los 20 grados. Sólo salen a la calle cuando baja el sol. En el entorno del río, el calor da una pequeña tregua que invita a muchos al paseo. Las terrazas también están repletas de gente que busca refrescarse. Para algunos, la solución tiene forma de ventilador. También ventanas abiertas o aire acondicionado para sobrevivir a otra noche tropical.