La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, entregó ayer la Medalla de Oro de la Ciudad a título póstumo a la soprano Montserrat Caballé, justo el día en el que hubiera cumplido 86 años, y, excepcionalmente, en un acto en el Gran Teatro del Liceu, que la finada consideraba su casa.

La hija de la soprano, Montse Martí, en nombre de la familia, agradeció el "regalo" en el lugar "en el que empezó todo" y recordó que su madre siempre quiso que fuera en Barcelona donde ocurrieran las cosas, llevando la ciudad "en su corazón por todo el mundo". Escuchándola, un emocionado Bernabé Martí, viudo de la cantante; el hijo homónimo de la diva y otros familiares y amigos que asistieron al acto en el Salón de los Espejos.

Montse Martí rememoró cómo su madre miraba la ciudad desde la ventanilla del avión siempre que regresaba de otros lugares lejanos y sostuvo que ayer se sentiría feliz con este homenaje y con el Liceu. "Hoy celebramos que la ciudad le sonríe a mi madre con esta medalla", concluyó Martí entre los aplausos de las 150 personas que llenaban un salón que pisó en incontables ocasiones.