El cantante estadounidense R. Kelly, detenido anoche en Chicago y acusado por las autoridades federales de más de una docena de delitos sexuales, ha sido imputado también en un caso separado en Nueva York con cinco cargos, entre ellos chantaje y explotación sexual de menores.

Según un documento hecho público ayer por la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York, un gran jurado acusa al artista de 52 años de cometer delitos datados desde hace dos décadas hasta 2018, tanto en EEUU como fuera del país, contra mujeres y niñas, ayudándose de un grupo de personas de su entorno. De acuerdo al texto, Robert Sylvester Kelly „su nombre real„ era el líder de un grupo de managers, guardaespaldas, conductores y asistentes que, a cambio de beneficios personales y financieros, reclutaban a mujeres y niñas para que realizaran "actividades sexuales ilegales" con él. Estas personas, que "no toleraban la discrepancia" y "aislaban" de su familia a las víctimas para que fueran "dependientes" de Kelly, se encargaban de facilitarle las relaciones sin revelar que tenía una enfermedad de transmisión sexual y producían pornografía infantil.