Joan Báez, icono de la canción protesta, se despidió el pasado domingo de los escenarios en el Teatro Real de Madrid interpretando sus grandes clásicos y homenajeando a la poetisa gallega Rosalía de Castro en un concierto que ha rebosado nostalgia y contenido reivindicativo.

Arrancó Báez con Don't Think Twice, It's All Right, símbolo del folk que firmó Bob Dylan. La cantante adecuó su repertorio con varios clásicos en español como la imprescindible Gracias a la vida, de Violeta Parra o Llegó con tres heridas, del poema de Miguel Hernández. En este contexto hispano, invitó al escenario al cantautor Amancio Prada para interpretar junto a la estadounidense Adiós ríos, adiós fontes, el poema de Rosalía de Castro que tanto éxito le dio al creador leonés. Báez acompañó a Prada apoyada por la letra en un papel y el cantautor lo agradeció con un "gracias por cantar a Rosalía, por hacer tuya esta canción".

1.750 personas, el aforo completo del Real, dijeron adiós aquella noche a una de las voces más influyentes del siglo XX, a una cantante que trascendió el mundo de la música para convertirse en un referente del activismo político.

Para el epílogo, lo mejor: Imagine (de Lennon), The Boxer (Paul Simon), Donna, Donna...

En la despedida de Báez faltó algún clásico: no llegaron Blowin' in the Wind ni tampoco Here's To You (Nicola and Bart), del maestro Morricone, aunque en el último tramo sí apareció ese icono de la lucha sindicalista que es No nos moverán, un himno con el que el Real se desató definitivamente.