"Un país, salvo casos excepcionales, no se jode en un día" y los países latinoamericanos "han vivido un largo proceso en el que han ido perdiendo oportunidades", aseguró ayer el escritor Mario Vargas Llosa, que agregó: "Nuestra responsabilidad en el fracaso de Latinoamérica es gigantesca". De este modo se pronunció Premio Nobel de Literatura ayer en Madrid en la presentación de su nueva novela, Tiempos recios, en la que relata el golpe militar que acabó en 1954 con un gobierno democrático en Guatemala, auspiciado por Estados Unidos a través de la CIA. "Mi impresión es que si Estados Unidos en vez de derrocar a Jacobo Árbenz hubiera apoyado sus reformas, probablemente otra sería la historia de América Latina".

Vargas Llosa también recordó cómo conoció la España de la dictadura, "un país subdesarrollado y completamente aislado" que se parecía mucho a Latinoamérica. Un país que se transformó de una forma extraordinaria "gracias a la maravillosa Transición, que admiró al mundo entero" y que "ha dejado atrás la tribu, la caverna". "Ojalá América Latina hubiese progresado tanto", dijo.