El cómico coruñés Luis Piedrahita estrena monólogo: Es mi palabra contra la mía, un espectáculo que reconoce como "el más divertido" que ha hecho hasta ahora.

"Habla de que nadie está contento con lo que le ha tocado, ni con su aspecto... esas pequeñas miserias cotidianas, esas amarguras del día a día que tenemos que atravesar. Demostrar que riéndonos de ellas las desactivamos. La conclusión a la que se llega al final es que solo el humor hace la vida aceptable", explica Piedrahita, que estrenará el espectáculo esta semana en Madrid, y con el que saldrá de gira más adelante.

"Atravesamos una época en la que parece que todo sienta mal. Está la gente más sensible que el glande de Stendhal, porque hubo una época en la que no se podía hablar de nada, hace cuarenta años, después se pudo hablar de todo, y ahora estamos en una época en la que parece que se puede hablar de todo pero en realidad no se puede hablar de nada. Y yo creo que no estamos en la mejor de esas tres", reflexiona este humorista que no se considera polémico, porque su apuesta es "por la belleza".

"Ahora que está de moda todo lo feo y roto pues lo cuidado parece sorprendente, y por ahí va lo sorprendente. Intentó ofrecer calidad y mi humor no es una crítica a la sociedad, que hay gente que lo hace muy bien, pero yo voy por otro camino y no me encuentro tantas supersensibilidades. Estoy de acuerdo en que el humor no puede ser inofensivo, siempre tiene que ofender, pero la ofensa ha de ser justa, no puede ser gratis. Hay que ofender al que lo pide a gritos", relata.

Piedrahita considera que al público no le ha dado tiempo de echarle de menos. "La última función el anterior monólogo fue en julio y a principio de agosto yo ya estaba empezando a probar cosas del material nuevo. Me recuerda a esa historia del hombre que volvía a su ciudad después de cuarenta años fuera y cuando vuelve con las maletas, va a entrar por la puerta y vuelve su amigo de la infancia y le ve con las maletas y le dice: '¿Te marchas?'. No le había echado de menos nadie", cuenta.