Medio siglo ha pasado ya desde que la televisión de emisión abierta de EEUU PBS difundiera el primer episodio de Barrio Sésamo ( Sesame Street), un programa que arrancaba en 1969 con el firme e innovador objetivo de educar a los niños y que para ello se armó de un amplio abanico de marionetas, ahora auténticos iconos. "Creo que es un ejemplo de que el programa más importante no tiene que ser el que tenga la mayor audiencia o el que sea la sensación del momento", cuenta el historiador de televisión estadounidense Tim Brooks.

Creada por la productora de documentales Joan Ganz Cooney y el vicepresidente de la Carnegie Foundation, Lloyd Morrisett, la serie es responsable de célebres personajes como Cookie Monster (Triki o el Monstruo de las Galletas), Big Bird (Paco Pico), Elmo, Oscar the Grouch (Oscar el Gruñón) o Ernie and Bert (Epi y Blas). Su primer episodio, que hoy será proyectado en Nueva York para celebrar sus 50 años de vida, llegó a la pequeña pantalla el 10 de noviembre de 1969, para tratar de contrarrestar programas infantiles centrados casi exclusivamente en la promoción de productos comerciales. "Gran parte de los programas televisivos para niños se producía con el objetivo de vender productos, como cereales", explica Brooks.

Barrio Sésamo, sin embargo, se presentaba como un programa basado en investigaciones sobre el comportamiento y preferencias de los menores, y contaba entre su personal con académicos, psicólogos infantiles y otros expertos para garantizar una "experiencia positiva". "Otros países tienen canales de televisión que controlan los gobiernos o autoridades externas, pero nosotros no. En PBS, que se fundó poco antes de Sesame Street, había una sensación de que se necesitaba luchar por una televisión menos agresiva y más responsable", añade.