Un joven Al Pacino encarnó en 1972 a Michael Corleone, el protagonista de El padrino y de las dos continuaciones de la mítica trilogía de Francis Ford Coppola. Un papel por el que aún sigue siendo recordado pero que, a pesar de las alegrías que reportó al actor, también le dio una fama con la que no supo lidiar: "Fui a terapia cinco veces a la semana durante 25 años".

Así lo explicó el intérprete en un podcast de Hollywood Reporter, en el que señaló que la fama fue algo con lo que tuvo que aprender a lidiar: "Es algo grande a lo que acostumbrarse. Recuerdo cuando Lee Strasberg me decía: 'Cariño, simplemente tienes que ajustarte'. Y lo haces así, pero no es tan simple".

"Sufrí bastante en aquella época, y fui a terapia cinco días a la semana durante 25 años", confesó el actor, que durante la década de los ochenta tan sólo apareció en cinco películas: A la caza, ¡Autor, autor', El precio del poder, Revolución y Melodía de seducción. Una decisión motivada por su búsqueda de tranquilidad: "Intenté distanciarme de ese camino y todo eso, y fue bueno para mí, lo disfruté. Pero, como suele pasar, el dinero se acaba", señaló.