La cinta 1917, del director británico Sam Mendes, se llevó ayer el premio a la mejor película en los galardones del Sindicato de Productores (PGA, en inglés), unos reconocimientos que, tradicionalmente, son un muy buen indicativo de por dónde pueden ir los Óscar. En los últimos diez años, el ganador del premio a la mejor película en la gala de los PGA se hizo en ocho ocasiones con la estatuilla a la mejor cinta en los Óscar. Solo The Big Short (2015), que perdió ante Spotlight (2015) en los Óscar, y La La Land (2016), que no pudo obtener la estatuilla ante Moonlight (2016), alteraron en la última década la correlación entre los ganadores de los PGA y los triunfadores de la gala de la Academia de Hollywood. De ahí que la victoria de 1917 en la 31 edición de los PGA, que acogió ayer el Hollywood Palladium de Los Ángeles (EEUU), tenga un significado muy especial de cara a la ceremonia de los Óscar que se celebrará el próximo 9 de febrero.

"Tengo que rendir tributo a los increíbles esfuerzos de cada uno de los miembros del reparto y el equipo (de 1917)", dijo en su discurso de agradecimiento Sam Mendes, que además de director y guionista es también uno de los productores del filme. Mendes aseguró, asimismo, que crear esta película bélica sobre la I Guerra Mundial, que tiene la asombrosa apariencia de estar rodada en un único plano secuencia, ha sido de lejos "la mejor experiencia" de su carrera.

1917, que ya triunfó en los Globos de Oro con los galardones a la mejor cinta dramática y al mejor director, venció ayer a las también nominadas The Irishman, Jojo Rabbit, Joker, Knives Out, Little Women, Marriage Story, Parasite y Once Upon a Time... in Hollywood. En las otras dos categorías de cine se impusieron esta noche Apollo 11, que se hizo con el premio al mejor documental; y Toy Story 4, que se anotó la estatuilla a la mejor película de animación.

En cuanto a la televisión, Succession ganó en el apartado de mejor serie dramática, Fleabag se coronó como mejor comedia, y Chernobyl fue nombrada mejor serie limitada. La distinción a la mejor producción de no ficción para la pequeña pantalla fue para Leaving Neverland mientras que RuPaul's Drag Race se llevó el reconocimiento al mejor programa de entretenimiento competitivo en televisión.