Pocos se atrevieron a perderse la despedida del enfant terrible de la moda francesa, Jean-Paul Gaultier, que el miércoles dijo adiós a las pasarelas por todo lo alto con un espectacular desfile que reunió a sus musas y amigos junto a sus más icónicas creaciones. Lejos del llanto, el desfile acabó siendo una celebración de 50 años dedicados íntegramente a la creación de una estética y una actitud que ha entrado en la historia de la moda.

"He tenido la suerte de poder hacer lo que me gustaba", dijo el diseñador a la prensa tras el espectáculo en el Teatro de Châtelet de París, que duró cerca de hora y media. Ni siquiera él lloró, como pensaba que haría al ver a todos sus amigos reunidos, entre ellos las actrices Dita Von Teese o Rossy de Palma, que desfilaron respectivamente con un traje lencero y con un tutú negro compuesto de abanicos.

Desde las butacas del teatro, la lista de figuras de la industria que acudieron para rendir homenaje al creador parecía no acabar: desde Anne Wintour, la respetada directora de Vogue USA, pasando por modelos y exmodelos como Carla Bruni, Inès de la Fressange, Laetitia Casta, Eva Herzigová o Andrés Velencoso.