El primer partido del Mundial siempre impresiona: tiene un punto de vértigo, por más que el rival tenga poco nombre. España jugará ante Costa Rica el próximo miércoles, 23 de noviembre, con el reto añadido de maquillar una estadística que pesa sobre el equipo: desde el Mundial de 2006, disputado en Alemania, España no gana en su estreno en el torneo.

En aquella ocasión, España ganó a Ucrania con solvencia: 4-0, con un doblete de David Villa, un gol de Xabi Alonso y otro de Fernando Torres. Luego ganaría 3-1 a Túnez y 0-1 a Arabia, antes de caer en octavos ante la Francia de Zidane.

Desde entonces, el arranque mundialista de España ha estado salpicado de dudas o polémicas: en 2010, la selección empezó tropezando con Suiza (derrota por 0-1), aunque se repuso a tiempo para acabar ganando el torneo.

José Carrascosa, psicólogo del deporte, fundador de 'Saber y Competir', ofrece algunas de las claves para que el primer partido de un Mundial no sea un obstáculo insalvable. "A una competición de tanta importancia como es un Mundial se ha de llegar con una preparación óptima en todos los ámbitos (condicional o físico, técnico-táctico y emocional o psicológico). No debe dejarse margen a la incertidumbre o duda, tampoco en lo emocional o psicológico. Eso de ganar el primer partido para ganar confianza supone un desconocimiento del trabajo psicológico".

"Solo juega el aquí y el ahora"

En 2014, España llegaba al Mundial como campeona de Europa y del mundo. Pero su inicio fue nefasto, con una sonrojante derrota ante la selección de los Países Bajos por 1-5, en el Arena Fonte Nova de Salvador de Bahía. Aquel Mundial fue desastroso para España, eliminada en la fase de grupos tras perder también su segundo partido, ante Chile.

"Pero lo sucedido antes no juega, ni compite", recuerda Carrascosa. "Lo sucedido en mundiales anteriores, el nivel o ranking del rival, la condición de favorito, los partidos previos… no juegan. Sólo juega el aquí-ahora, imponer el trabajo al rival, trabajar más y mejor que el rival desde las claves del rendimiento: concentración, decidir rápido, activación, autoconfianza, gestionar emociones negativas, etc".

En 2018, España aterrizó en Rusia convertida en un terremoto: trascendió que su seleccionador, Julen Lopetegui, había firmado ya un contrato con el Real Madrid y al presidente de la RFEF no le tembló el pulso.

Destituido Lopetegui, Fernando Hierro asumió de manera interina el cargo de seleccionador.  De manera improvisada, el ex del Madrid se hizo cargo de la selección, que debutó ante Portugal en Sochi con un empate a tres goles. 

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El ejemplo de 2010

Lejos queda ya el Mundial ganado por España en 2010, pero a pesar de ello, Carrascosa cree que aún puede servir de referencia. "Hace doce años de aquello, era otro equipo, otra generación de futbolistas, incluso era otra sociedad. Aquél equipo sí puede ser un ejemplo de equipo formado por un grupo de jugadores que eran amigos, venían jugando juntos durante muchos años desde categorías inferiores, jugaban de memoria, inventaban el juego sobre el terreno de juego. Un equipo que disfrutaba junto jugando y que se sentía capaz de ganar a cualquier rival"