La mona de Pascua es un roscón con el que tradicionalmente se celebra el fin de la Cuaresma, y con él, el fin de las privaciones derivadas del ayuno y la abstinencia.

Típicamente se venía preparando en las regiones de Murcia, Comunidad Valenciana, Cataluña, Aragón y Castilla-La Mancha en el período de Semana Santa. Hoy día se puede encontrar en todo el territorio del país, aunque dependiendo de la zona en la que nos encontremos, el postre presentará variaciones.

Se trata de un plato que requiere cierta elaboración: prepararlo nos llevará entre 60 y 90 minutos. A continuación te explicamos cómo:

Ingredientes para 6-8 personas:

Para el bizcocho: 4 huevos, 150 gr de azúcar, 150 gr de harina, 20 gr de harina de almendra, 5 gr de levadura, 2 claras montadas y 50 gr de azúcar.

Para la trufa de guarnición: 125 gr de nata líquida, 30 gr de azúcar, 250 gr de chocolate negro y 125 gr de mantequilla.

Para el relleno: 300 gr de mermelada de melocotón.

Elaboración:

Para hacer el bizcocho, se baten en un bol los huevos y el azúcar. En un recipiente aparte, juntamos la harina y la levadura y pasamos la mezcla lentamente por el colador sobre los huevos que hemos batido antes, con cuidado de que no salgan grumos.

Sin parar de remover, agregamos la harina de almendra. En otro cuenco montamos las claras al punto de nieve; cuando estén a medio montar, les añadimos 50 gr de azúcar. Una vez montadas, las juntaremos con la mezcla de harina y huevos.

La masa resultante la echamos en un molde para el horno untado con mantequilla y en el que habremos esparcido harina. Introducimos el molde en el horno a 180ºC durante unos 40 o 45 minutos.

Después sacamos el bizcocho, lo dejamos enfriar, lo sacamos del molde y lo cortamos por la mitad para rellenarlo de mermelada.

Luego deshacemos el chocolate al baño maría, le agregamos la mantequilla y revolvemos hasta que se funda. A continuación cubrimos el bizcocho con el chocolate y lo dejamos enfriar.

Ahora preparamos la trufa, requisito indispensable para fijar los huevos de pascua en el pastel. Para ello ponemos la nata líquida a hervir. Cuando llegue al punto de ebullición, se le añade el azúcar y el chocolate negro y la mantenemos al fuego, removiendo siempre, hasta que el chocolate se funda, y cuando lo haga ya sólo hay que dejarlo enfriar.

Para adornar el roscón, podemos recurrir a adornos como plumas, guindas, etc.