El 8 de octubre de 2000 Emilio Silva Barrera publicó un artículo en La Crónica de León , "Mi abuelo también era un desaparecido" . Allí anunció su intención de abrir la fosa común anónima sin ubicación precisa donde fueron enterrados su abuelo y otros trece civiles asesinados por pistoleros de la falange en octubre de 1936. Diez años después de ese hecho, que precipitó el terremoto psicosocial del movimiento de recuperación. de la memoria histórica y que provocó exhumaciones y debate público sobre la necesidad de investigar la verdad de los mecanismos que adoptó la represión fascista en la España de las décadas de 1930 y 1940, surge este proyecto.

Es una contribución a la exposición Principio Potosí , inaugurada en el Museo Reina Sofía en mayo de 2010. Algunos de los argumentos centrales de la exposición pasaron por el entrelazamiento de modernización y colonialismo: es decir, explotación y genocidio como fundamentos de la modernidad capitalista. Se apoyaron en este modus operandi : se pidió a artistas y activistas de diversas partes del mundo que realizaran proyectos que respondieran a obras de arte de diversos momentos del barroco español o colonial latinoamericano. Este proyecto parte de afrontar simultáneamente la pintura Santiago luchando con los moriscos(1690) de Lucas Valdés y una pintura de un autor anónimo de mediados del siglo XVIII, que representa al rey español Felipe V bajo las características de Santiago Matamoros. La presencia de estas imágenes en Córdoba y La Paz permite plantearnos la cuestión de cómo circulan, actualizando en el tiempo (histórico) y el espacio (geopolítico), ciertas articulaciones específicas entre poder y representaciones visuales.