Proyección de la película de Arantza Santesteban.

4 de octubre de 2007, Arantza (la directora del filme), es detenida y llevada la prisión. De aquellos días conserva algunos recuerdos: las interminables vueltas por el patio, los campeonatos de natación, el periplo carcelario de Rasha... Después de pasar 918 noches cerrada, Arantza sale a la calle. Ahora tiene una vida por delante que continuar. Una luz tenue, con sus claros y oscuros, alumbra la relectura crítica del archivo de imágenes y palabras que conserva. Seguir la narración supone abandonarse la una historia de ritmo quebrado. La mirada de perfil de sus personajes nos recuerda la invisibilidad de la experiencia que buscan un lugar político desde lo vulnerable, el imperfecto y el osado.