Escrito en 1894, como regalo al rey Alfonso XIII que tenía entonces 8 años y se le cayó un diente de leche. Está inspirado en hechos históricos relacionados con la vida de este rey de España.

Se trata de la importancia de las pequeñas cosas que nos suceden cuando somos niños y del gran impacto que tienen en nosotros cuando nos hacemos mayores. Y que estos pueden cambiar el mundo. Puedes cambiar el mundo si eres un rey, pero si no lo eres, también.