La instalación de Miguel Moreno Mateos (Madrid, 1978) es una alegoría del proceso de crecimiento vital, un viaje metafórico por los procesos que nos definen como personas, que nos unen y diferencian de los demás y nos ligan o separan del ecosistema.

El agua, es el elemento que da la vida en sentido real y figurado a esta instalación. Es el material que recorre un conjunto de 17 elementos de vidrio y látex, adaptándose a sus formas, recorriendo sus canales, como venas y conductos de un sistema complejo e interconectado.

Un sistema donde el agua, como la vida, se impregna de experiencias que nos condicionan y nos determinan, de tal manera que en el camino, nuestra esencia se impurifica haciendo de nosotros sistemas más complejos, pero con mejor capacidad de adaptación y resiliencia.