El Cerdo, el animal totémico de los cocidos y de los carnavales, toma los teatros para demostrar su superioridad sobre los seres humanos. El que presenta Excéntricas es un teatro de barracón, aquel que, en la infancia, nos fascinaba y nos asustaba la partes iguales. Una farola mortizo, un suelo de serradura, una cortina roja y, de pronto, aparece el cerdo en elegante pose de equilibrista a sostenerse sobre los pies, a fingirse un ser humano con tanta gracia, que resulta imposible distinguirlo.

Va para cien años, Vicente Risco detectó una nutrida presencia porcina vestida con elegantes abrigos y sombreros a confundirse con los propios burgueses. La divertidísima sátira del ourensano, a medio camino entre el circo, el barracón, los fantoches y el cabaret, tiene hoy mas vigencia que nunca. En este viaje a la fascinante década del 20 del siglo XX, pasarán como en una linterna mágica, anarquistas, esportistas, agraristas, proxenetistas, golpistas, vanguardistas, caciquistas, futuristas, pasadistas y presentistas.