Nadie espera a Amador cuando sale de la cárcel tras cumplir condena por provocar un incendio. Vuelve a su casa, un pueblo perdido en la sierra de Lugo, donde volverá a vivir, al ritmo tranquilo de la naturaleza, con su madre, Benedicta, su perra Luna y sus tres vacas. Sus vidas transcurren al ritmo tranquilo de la naturaleza, hasta que todo cambia cuando un violento incendio arrasa la zona.