Un crucigrama

TRES MUJERES MAYORES (al menos)

En el repertorio de los tres, hay muchos cuentos que fueron contados por ancianas, a quienes otras ancianas les contaron. Una progresión geométrica de antaño. Las ancianas de Guti, Quico o Celso no se habían conocido nunca, pero podían conversar a la luz del carburo o de la goma de las cocinas del pueblo. A menudo, las sesiones de narración son sesiones de espiritualismo, y las antiguas aparecen con la ayuda del narrador que se perdió en una broma, o en un comentario de actualidad, y lo hace volver al riego de la historia.

Las ancianas que depositan en ellos hechizos, historias y recetas, han pedido y logrado un lugar en la escena, por lo que este espectáculo mutante se presenta como TRES VIEJAS (al menos).

En este espectáculo exclusivo, solo para los gustos más exquisitos, se manifestarán las miradas profundas, las manos cálidas de todos los arados y el agudo sentido del gusto de las ancianas, y llegará un momento en que el público sentirá el aroma de guisos honestos del pasado. Y al final, los espectadores, con la boca empapada, saldrán a soñar con el plato humeante del recuerdo.

con Celso Fernández Sanmartín, José Luis Gutiérrez “Guti” y Quico Cadaval

Los narradores y narradores que se dan cita en este espectáculo son reconocidos por el colectivo de narración oral como poseedores de un universo propio y una voz singular, una forma especial de contar historias. Estos elogios son inexactos, el universo es común, pertenece a la sabiduría colectiva, y la voz es prestada, las personas que les contaban las historias las daban en el mismo saco, las ironías, las pausas, la elegancia campesina, las palabrotas y la autoridad.

Por ello, el trío, Celso, Guti y Quico, han participado en eventos alejados de la tradición, como los festivales de vanguardia Escenas do Cambio (Santiago), AlkantaraFest (Lisboa) y Bilbo's BAD con el espectáculo "Los Cuentos de Joselin "un producto del Folque Central entre otros. Sin dejarse cegar por el oropel posmoderno, vuelven una y otra vez a pueblos, ciudades y tabernas y engrasan su lengua y memoria para seguir alimentando el espectáculo de la palabra hablada, el mayor espectáculo del mundo.