El actor riojano Javier Cámara reconoce que se "esconde mucho" detrás de los personajes que interpreta y que incluso muchos de ellos le han ayudado a "explicarse a sí mismo", gracias a un trabajo que tiene "algo de terapéutico y curativo".

"Hay gente que se aleja de los personajes, pero yo siempre tengo algo anclado a ellos", explica el intérprete, invitado este viernes a una sesión telemática del ciclo de cine de la Universidad de Zaragoza 'La buena estrella'.

Durante más de hora y media, el cómico ha charlado con el periodista y escritor Luis Alegre, tiempo suficiente para profundizar sobre la infancia de Cámara en Albelda de Iregua (La Rioja), en los deseos de su padre porque le sucediera como agricultor o en su adolescencia, que le "catapultó" a marcharse desde el pueblo a Madrid.

El actor, recién nominado a los Premios Forqué de 2021 por 'Sentimental', cuenta que la infancia y la adolescencia tiene mucho que ver con que "siempre sigue habitando en ti un tipo frágil, un poco perdido, que siempre esconde sus fragilidades".

En su caso, fue uno de sus profesores el que le animó a presentarse a la prueba de acceso de la Real Escuela Superior de Arte Dramático, que superó a los 18 años, cuando comenzó su carrera artística sin haber tenido antes claro que quería dedicarse a ello.

"Yo luché por mis sueños de una forma inconsciente. En este caso, el sueño vino a mí", señala.

Aunque el primer día de clase, cuando escuchó al dramaturgo José Luis Alonso de Santos dirigir a otro alumno relata que "se cayó del caballo" y, aunque no tenía claro qué quería ser, pensó: "De aquí no me mueven".

"No sé si quería ser actor, el director, el que cierra la puerta, el que toca el piano, el que barre... Me daba igual, yo quería estar allí", continúa Cámara, quien compaginó sus estudios con el trabajo de acomodador en el Teatro Fígaro.

Entonces, aprovecha para citar a la actriz Amparo Baró, compañera en la popular serie '7 vidas', quien decía que "esto (el oficio) es muy fácil, o es imposible".

Y no es que no haya piedras en el camino, continúa el actor, sino que para él se hace fácil por pura vocación, aunque en sus primeros años estuviera escondida: "Yo tenía que pertenecer a esto, no para marcar una época, sino para pasármelo tan bien y conocer a gente tan bonita".

Sobre Baró recuerda que tenían una relación muy cercana y especial, aunque cuando él dejó la serie '7 Vidas' para participar en 'Hable con ella', de Pedro Almodóvar, ella "no se lo perdonó" y no se volvieron a ver.

Willy Toledo fue otro de sus compañeros de reparto. Confiesa que le entristeció mucho "el trato que ha recibido" el actor, pero que ahora se alegra de que esté "en un momento fantástico" porque "no podemos derrochar talento en este país, y él, tiene mucho".

El actor ha estrenado hace unas semanas la película 'Sentimental', de Cesc Gay, y recibió los elogios de la crítica por 'El olvido que seremos', de Fernando Trueba.

Ni con Trueba ni con Almodóvar había pensado que llegaría a trabajar, y analiza que su falta de "sueños demasiado ansiosos" y ser buen observador de las frustraciones de los demás le han "salvado" en el mundo de la interpretación.

Además de su pasión por la profesión, piensa que parte de su éxito viene de saber leer los textos y defenderlos "a muerte".

Así que, sobre una de sus facetas más representativas, la de cómico, se pronuncia con modestia: "La gente piensa que yo soy divertido, y lo que realmente hago bien es interpretar bien las cosas brillantes que escriben".