El coctelero de Roses (Alt Empordà) Cristian Hornos Jiménez cuenta con el reconocimiento internacional por sus cócteles de autor, originales, creativos y auténticos. Como representante de los trabajadores de la hostelería, pone de manifiesto el desconcierto y la desesperación que siente su sector, en estos momentos, atascado per unas estrictas medidas preventivas a causa de la pandemia.

-¿Como describe la situación por la que está pasando en estos momentos la hostelería?

-La hostelería está viviendo una situación crítica y devastadora. Sólo nos ponen palos en las ruedas para que no podamos avanzar. Por defecto, nuestros locales en invierno generan lo más justo, con un beneficio prácticamente inexistente y dedicando muchísimas horas al día a un negocio que, para muchos de nosotros, es un estilo de vida.

-¿Cree que son efectivas las medidas que se aplican en bares y restaurantes para contener la propagación del coronavirus?

-Nos han dicho en numerosas ocasiones que nos reinventemos, que hagamos cosas diferentes, nos han cambiado nuestros horarios de apertura en múltiples ocasiones, nos han obligado a reducir la capacidad de facturación disminuyendo los aforos, hemos tenido que invertir miles de euros en adaptar locales para que sean seguros... y así podría estar diciendo cosas durante horas. ¿Para qué? Para nada. Los contagios siguen. Después de tanto sacrificio, estamos peor que cuando empezamos.

-¿Siente que la hostelería està sufriendo algun tipo de trato discriminatorio?

-No sólo la hostelería. Vivimos en un país en el cual, ahora, hemos podido comprobar que el emprendedor vive a merced del ente público o del acomodado funcionario. En el cual yo, como emprendedor, tengo que darle mil vueltas a la tortilla para poder comer, mientras que un dirigente toma decisiones para mi futuro sin tener ningún tipo de responsabilidad sobre sus actos. La comodidad de trabajos asegurados en los que no hay que reinventarse y en el que los errores no son sancionados nos han demostrado que hay que cambiar algo.

-¿A qué ser refiere?

-Se toman decisiones equivocadas, una tras otra, y nadie se hace responsable. Bueno, sí, la ciudadanía y el empresario. Estamos hartos de ver como los transportes públicos van desbordados de gente y, en cambio, las terrazas no pueden abrir más de dos horas. Estamos cansados de observar como un sinfín de cargos públicos no pueden trabajar y siguen recibiendo sus salarios al completo mientras uno de los motores de la economía y atractivo de este país está agonizando. Hemos recibido las ayudas más precarias de Europa. Nuestra facturación se ha reducido en un 80 por ciento en el mejor de los casos.

-El panorama que describe es bastante oscuro.

-Es una barbaridad. Nos encontramos que tenemos que seguir pagando los alquileres, tenemos que seguir afrontando los suministros y tenemos que trabajar gratuitamente desde hace casi un año. No sabemos ni cuándo ni cómo podremos hacer lo que mejor sabemos hacer, que es trabajar y mimar a nuestro cliente.

-¿Conoce a alguna persona de su sector que haya optado por abandonar el negocio y dedicarse a otra cosa?

-He escuchado confesiones que me han dejado helado. Te pongo de ejemplo el testimonio del propietario de uno de los bares más conocidos de mi localidad, Roses. Me dijo: "He gastado todos mis ahorros para mantener los sueldos de mis trabajadores esenciales para poder abrir, he generado una deuda grande y si mañana me contrataran en cualquier trabajo externo a mi negocio, a mis 57 años, debería dejar el bar". Esta es la cruda realidad hoy en día.

-¿En lineas generales, sabría decir cómo ha afectado esta crisis al sector de la hostelería?

-Sólo en Cataluña, cerca de 220.000 familias se han visto afectadas directamente por las duras restricciones que ha sufrido este sector. Unos 100.000 establecimientos han cerrado de forma definitiva, para siempre, y muchos son negocios que cuentan con una media mínima de cuatro personas. Si hacemos cálculos, y estos son reales, los números son demoledores.

-¿Puede decir alguna cosa positiva en medio de todo este escenario tan «demoledor»?

-Por suerte, hoy contamos con una ayuda directa al empleado, el ERTE, en el que el trabajador recibe un porcentaje de su nómina por parte del Estado. A priori, es algo muy positivo, pero ... ¿Qué pasará cuando todo el motor se ponga en marcha? ¿Qué pasará cuando desaparezcan estas ayudas y el empresario tenga que prescindir de una gran parte de la plantilla que hoy está en ERTE y que en el futuro le resultará imposible contratar?

Sobre Cristian Hornos Jiménez

El coctelero de Roses crea y elabora cócteles utilizando técnicas de alta cocina aplicadas a la coctelería clásica y creativa. Ha sido bar manager en hoteles prestigiosos de todo el mundo, y al lado de primeras espadas de la gastronomía como Paco Pérez y Albert Adrià. Es el responsable de la carta de coctelería del VIP Village en circuitos europeos de MotoGP. Y, desde hace unos meses, ha tenido que innovar y buscar nuevas fórmulas que le ayuden a salir adelante con el trabajo en medio de la crisis sanitaria. Reconoce que la situación es crítica y que, como representante del sector, necesita expresar cómo se sienten tanto él como sus compañeros de profesión.